Logra coreógrafa equilibrio creativo

AutorJulieta Riveroll

Soñaba con ser vedette y terminó dirigiendo desde hace 25 años una compañía de danza contemporánea. La coreógrafa Cecilia Lugo (Tampico, 1955) tiene entre sus primeros recuerdos de infancia el profuso movimiento de Ninón Sevilla, María Antonieta Pons y Rosa Carmina.

"Tenía cuatro años y mi abuela nos llevaba al cine Terrazas, un cine al aire libre allá en el pueblo donde yo nací, a ver las películas de las rumberas. Cuando salían estas mujeres a bailar o había una escena fuerte, mi abuela les decía a todas las sobrinas y nietas que se agacharan y a mí me dejaba verlas porque estaba chica y pensaba que no entendía", cuenta la tamaulipeca.

Dos años antes de fundar Contempodanza, la compañía que mañana celebra su aniversario con una noche de gala en el Palacio de Bellas Artes, Lugo pudo realizar su anhelo cuando Ema Pulido la invitó a participar en un espectáculo de cabaret en el Hotel del Prado en 1984.

En esa época, la creadora montaba la coreografía de Rigoletto con la Compañía Nacional de Danza. Ni los bailarines tenían la disposición para participar en la ópera de Giuseppe Verdi, ni los cantantes del coro tenían otra razón para estar ahí que no fuera la de obtener un sueldo.

De estar en el recinto sagrado de las máximas artes escénicas, me atravesaba la Alameda quitándome la ropa para llegar al escenario de la frivolidad. Salía aburrida y enojada de Bellas Artes para entregarme a los brazos de mi sueño de infancia. Fui la mujer más feliz.

La emoción la invade cuando le vienen a la memoria estas anécdotas, pero también cuando piensa en la evolución del ensamble que encabeza y cuyo surgimiento fue circunstancial. La habían invitado para que formara una compañía de danza en la ENEP Acatlán, pero no existían las condiciones para que el proyecto naciera.

Quemó sus naves y creó Contempodanza. Sus primeras obras fueron de corte feminista, la fuerza interpretativa y creativa recaía en las mujeres.

"Ahora ya no tengo que decir que soy una mujer fuerte, que estoy sola y voy contra el mundo, que soy una guerrera y una amazona.

Lo expresé en un momento donde para mí era importante abrirme camino sin apoyo, tocando puertas", reconoce Lugo.

De esta etapa salió Umbral, pieza que ideó en 1987 en la que rinde homenaje a Rosario Castellanos, donde el poder expresivo está depositado en seis mujeres. La música de Carlos Chávez, Manuel M. Ponce, Haendel y Federico Álvarez del Toro acompaña a esta coreografía, la cual será interpretada...

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