Entre luces y sombras

AutorAlejandro Moreno y Patricia Méndez

A partir de las elecciones presidenciales del 2000, el mundo de las encuestas en México puso a debate el concepto y la medición de votantes probables para estimar los posibles resultados de una elección. Los encuestadores no solamente se han venido preguntando si conviene o no presentar sus resultados filtrando por votantes probables, sino también cuáles son los filtros y los modos más confiables para hacerlo.

Las elecciones legislativas del 6 de julio de este año, en las que solamente votó el 42 por ciento de los electores potenciales, confirmaron la necesidad de buscar las formas más apropiadas para determinar qué tan probable es que los mexicanos salgan a votar en una elección.

Una evaluación de las encuestas electorales realizadas antes de los comicios del 6 de julio arroja una noticia buena y una mala para quienes hacen y para quienes consumen encuestas sobre intenciones de voto: la buena es que los filtros de votantes probables sí sirven, ya que suelen producir estimaciones preelectorales más certeras y precisas en elecciones nacionales y estatales. La mala es que hay escenarios en donde el uso de votantes probables no ha sido del todo eficiente, sobre todo en elecciones locales, lo cual nos obliga a seguir buscando, tal y como lo hicimos hace tres años, la lógica de este "electorado imprevisible" (Enfoque, 13 agosto 2000). En balance, el uso de votantes probables mejora los promedios de estimación preelectoral, aunque su aplicación requiere todavía de más estudio.

A prueba

En la semana del 23 al 27 de junio se dieron a conocer las últimas encuestas previas a las elecciones para renovar la Cámara de Diputados. El 23 de junio, Grupo Reforma publicó su encuesta nacional y al menos otras siete empresas ampliamente reconocidas ofrecieron sus estimaciones en esos días. De las ocho empresas, tres acertaron cuál sería la primera fuerza electoral, el PRI en su alianza parcial con el PVEM, mientras que las otras cinco preveían al PAN como primera fuerza.

Tomando como base el resultado oficial reportado por el IFE y sin reasignar porcentajes de voto de acuerdo con el convenio de la Alianza para Todos, ante lo cual estimamos las preferencias y no los resultados de acuerdos institucionales, el PRI obtuvo un 38 por ciento de la votación, el PAN un 32 por ciento, el PRD un 18 por ciento, el PVEM un 4 por ciento, el PT el 2 por ciento, Convergencia otro 2 por ciento, y los cinco partidos restantes se repartieron el 4 por ciento, quedando fuera de posibilidades de conservar su registro.

En el ámbito de las elecciones federales, la encuesta de Grupo Reforma tuvo una desviación cero con respecto al PRI, una desviación cero con respecto al PVEM, un punto con respecto al PAN, un punto con respecto al PRD, y dos puntos de desviación con...

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