La lucha de un neopanista

AutorErnesto Núñez

Con apenas cinco años de militancia en el PAN, el diputado tabasqueño Gerardo Priego logró agitar las aguas en la dirigencia panista, en la Presidencia de la República y en las fracciones parlamentarias del blanquiazul.

Cuando el pasado 26 de septiembre anunció que renunciaba a la Secretaría de Vinculación con la Sociedad del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, para recorrer el país en una "gira de reflexión" sobre 10 temas que afectan al partido, Priego no imaginaba que adelantaría la agenda de los más destacados cuadros panistas.

La reacción principal ocurrió en las filas del "calderonismo", en donde se interpretó el "destape" como un movimiento del actual dirigente, Manuel Espino, rumbo a su reelección.

El jueves 27, un día después de la conferencia de Priego, la Presidencia informó sobre la renuncia del secretario de la Función Pública, Germán Martínez, a quien desde una semana antes el presidente Felipe Calderón habría elegido como su candidato a la dirigencia del PAN.

A la renuncia de Martínez siguió el respaldo público del secretario particular del presidente, César Nava, quien figuraba como la carta opcional de Calderón para buscar la dirigencia.

"Me hago a un lado para que Germán pueda dar un paso adelante", declaró Nava tras la renuncia de su amigo.

El viernes 28 el presidente Calderón designó en Función Pública a Salvador Vega, un incondicional del ex secretario. En la misma ceremonia, Martínez ofreció un primer esbozo de su proyecto para la dirigencia, consumándose así un hecho inédito en la historia del PAN: el arranque de una campaña interna desde un salón de Los Pinos.

Aunque miembros del "calderonismo", como el diputado Rogelio Carbajal, aseguran que la decisión se había tomado desde una semana antes -lo que ubicaría como una mera coincidencia el que se haya dado horas después del destape de Priego-, lo cierto es que la salida de Martínez del gabinete fue precipitada y ocurrió en un momento inoportuno, justo en medio de la polémica pública en torno a las investigaciones que debería hacer el gobierno de Calderón respecto al ex presidente Vicente Fox.

De paso, Priego aventajó a Martínez en lo que hasta el momento había sido su principal arma: la crítica a la dirigencia de Espino.

El diputado tabasqueño censuró la "alianza vergonzante" que negociaron Calderón y Espino con la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, en la campaña del 2006, de la cual Martínez fue copartícipe.

El poder hablar con libertad de esos temas, según...

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