Lucina Jiiménez López/ Hacia una ética global

AutorLucina Jiiménez López

Lucina Jiiménez López / Antopóloga

Si durante las últimas dos décadas crecieron los agentes sociales partícipes en la vida cultural de México, durante el Siglo 21 tendremos que hablar no de la política cultural, generalmente referida a la del Estado, sino de las políticas culturales que gestan muy diversos sectores. Sin embargo, por su propia naturaleza y función, corresponde a las políticas públicas, es decir, de Estado, generar condiciones más propicias para la participación democrática y ética del sector empresarial y de las organizaciones civiles y comunitarias.

Este interés no tiene por qué entenderse como la posible pérdida de peso del Estado en las políticas culturales. Por el contrario, tendría que ser éste quien asuma el liderazgo de una transformación que abra este espacio social a la pluralidad, pero al mismo tiempo oriente la acción del mercado en el contexto de una nueva ética global que responda al bien común. Ello supone hacer un análisis y proponer al diálogo público, en qué sectores y, sobre todo, en qué sentido es pertinente no sólo favorecer, sino incluso estimular la inversión privada y en qué otros espacios de la vida cultural el Estado debe fortalecer su presencia.

Esto implica promover la revisión de aquellos ámbitos normativos y fiscales que debieran actualizarse a fin de asimilar las experiencias de otros países donde la vida cultural tiene un tratamiento peculiar que facilita la inversión y el desarrollo de proyectos culturales sociales sustentables.

El mayor peso de los proyectos culturales autogestivos pueden fincar nuevas perspectivas para el desarrollo cultural propio a nivel territorial y promover un ejercicio más profundo de la ciudadanía cultural. Durante el Siglo 21, la horizontalidad y la transversalidad, es decir, los trabajos en red y la colaboración intersectorial, más que la verticalidad, son los esquemas que se abrirán paso con más éxito en materia de gestión de políticas culturales.

Profesionalizar la gestión cultural

El proceso de democratización cultural lleva implícita la necesidad de profesionalización. Este será uno de los rubros que seguramente cobrarán mayor auge, toda vez que la complejidad de los fenómenos culturales, la multiplicidad de los agentes sociales participantes y las consecuencias de sus intervenciones, requieren de conocimientos y estrategias mucho más abiertas y reflexionadas que les permitan actuar responsablemente y con mejores resultados en sus acciones.

La sistematización y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR