Luis Rubio / Educar por dogma

AutorLuis Rubio

Dogmas facciosos forman la estrategia educativa. Unos avanzan una reforma que no se puede aplicar en la realidad, otros la minan para desbancar a un rival en la contienda por la sucesión; unos demandan el cumplimiento absoluto de lo incumplible y los demás aprovechan el río revuelto para imponer su ley y construir una candidatura. Recuerda al viejo chiste sobre la diferencia entre el paranoico y el esquizofrénico: uno construye castillos en el aire y el otro vive en ellos, pero es el psiquiatra quien cobra la renta. El punto es simple: sólo el psiquiatra sale bien librado; los demás trabajan para él.

En toda esta farsa trágica lo menos importante es lo único que importa: la posibilidad de que cada niño mexicano pueda asir y hacer suyo el futuro. Es decir, romper con el impedimento crucial y estructural al desarrollo de cada ciudadano y al crecimiento económico: un sistema educativo construido para la consecución de una hegemonía ideológica como soporte del sistema político. La cesión del control educativo a los sindicatos y sus disidencias no fue producto de la casualidad: el objetivo no era una educación para tener éxito en la vida (e igualar oportunidades para niños nacidos en condiciones tan desiguales), sino el control político.

A esta luz, las movilizaciones de la CNTE en las últimas semanas y meses son perfectamente explicables y siguen una lógica política impecable que el gran estratega Sun Tzu hubiera aprobado: pégale a tu enemigo donde menos lo espera y más le duele. La CNTE nació como una disidencia dentro del sindicato magisterial SNTE y, con el tiempo, se convirtió en un ente corporativo con objetivos similares, por medios distintos. En la práctica, ambas organizaciones se complementaban: el SNTE chantajeaba al gobierno con la amenaza de la CNTE. Ambas organizaciones ganaban de contraponerse con el gobierno.

La detención de la maestra Gordillo no pudo ocurrir en un momento más delicado. Si bien el gobierno actuó porque temía su oposición a la reforma educativa, el costo fue extraordinario: al descabezar al liderazgo, el SNTE quedó desarticulado y la CNTE se convirtió en la contraparte inevitable en la negociación.

La CNTE se hizo poderosa en Oaxaca donde, en control de la secretaría de educación estatal, extorsionaba al gobierno con una fuente interminable de dinero y poder. El gran mérito del gobierno federal actual fue quitarle esa base de poder. Sin embargo, eso no resolvió el asunto de esencia: su credibilidad...

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