Luis Rubio / Proyecto fallido

AutorLuis Rubio

Siempre me ha parecido simplista la noción de que todo lo que hace el presidente se reduce a la implantación de los principios del Foro de Sao Paulo, un espacio en el que el hoy presidente no parece haber tenido presencia física ni participación directa. Aunque podría haber similitudes entre las propuestas de ese Foro con algunas políticas que ha emprendido el presidente López Obrador, su característica más básica ya como gobernante ha sido la consistencia entre sus acciones y sus declaraciones, todas ellas por escrito en sus libros previos a la toma de posesión.

Los documentos (y discursos) del Foro de Sao Paulo muestran un perfil ideológico muy claro, pero sus propuestas de acción son mucho más vagas de lo que comúnmente se piensa. Nacido por iniciativa del ex presidente Lula de Brasil y apoyado por Fidel Castro, el foro incluye toda la gama de partidos de izquierda iberoamericanos, desde reformistas hasta revolucionarios. Sus declaraciones tienden a ser muy específicas respecto a circunstancias particulares de países concretos y muy generales sobre el resto.

Desde luego, no queda ni la menor duda sobre la ideología y objetivos políticos de los integrantes de la organización, que incluyen huelgas, nacionalizaciones, rechazo a "modelos económicos importados", anular la independencia del poder judicial y apoyo a los gobiernos de izquierda de la región. Sus planteamientos son tan generales y generosos que dan pie para todas las conspiraciones que se le atribuyen, comenzando por la de buscar derrocar a los gobiernos que no son de su agrado.

Quien observe a los diversos componentes de Morena podrá encontrar a innumerables simpatizantes de las ideas enarboladas por el foro y la presencia de muchas de sus personalidades en sus reuniones fortalece la imagen de que el partido las asume como propias. Es muy posible que esto último sea cierto, pero lo que no es obvio es que esa sea una fuente relevante de las ideas o propuestas que emprende el presidente López Obrador. Los objetivos y estrategias del presidente pueden gustar o ser denostadas, pero son siempre predecibles porque las suyas son ideas fijas, ancladas en los años sesenta y publicadas de antemano. Aunque muchas de sus ideas no son benignas o viables, la conspiración no es lo suyo, excepto cuando se trata de quienes percibe como enemigos.

Más que seguir ideas ajenas, al presidente lo motivan principios muy explicables en su biografía y que, al menos en lo económico, Carlos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR