Luis Rubio / ¿Qué paradigma?

AutorLuis Rubio

Cuando los políticos comienzan a hacerle ajustes radicales al sistema fiscal corren el riesgo de provocar distorsiones que nunca imaginaron. La iniciativa hacendaria, tanto en lo concerniente a los ingresos como al gasto, propone un "cambio de paradigma". Esta es mi lectura:

-El objetivo es encomiable. La construcción de un sistema de seguridad social contribuiría de manera decidida a disminuir la desigualdad y la pobreza. Sin embargo, el contenido de la iniciativa es más bien débil en su conexión entre objetivos y medios. La expectativa inicial de incremento de recaudación de 1.4% es sumamente baja y hace difícil imaginar que se podrían financiar metas tan ambiciosas como las esbozadas. Además, excepto por el potencial de incremento en el consumo (en algunos lustros), producto de la disminución teórica de la pobreza, no es obvio cómo ello incidiría en el crecimiento económico.

-Efectivamente, hay un cambio de paradigma, pero muy distinto al que el ejecutivo anunció: se trata una reforma que reorienta, en enfoque y concepto, la actividad del gobierno hacia la seguridad social y el seguro de desempleo. Pero su esencia consiste en la recentralización del gasto y su expansión acelerada, todo ello financiado con deuda o, eventualmente, más impuestos. No hay de otra.

-El sustento filosófico de la propuesta reside en comparaciones internacionales donde se mezclan peras con manzanas. No hay duda de que las naciones europeas recaudan varias veces más impuestos, pero esas naciones no crecen con celeridad. Las comparaciones europeas relevantes serían Polonia, Irlanda y similares, cuyas tasas impositivas son menores y la recaudación mayor. En nuestro caso, más ingreso para financiar un mal gasto no es exactamente una fórmula atractiva para nadie. El ejemplo de Brasil no es inspirador: un país que recauda y gasta mucho más pero que no exhibe un mejor desempeño económico; de hecho, es mucho peor.

-Es casi de Perogrullo que cuando un gobierno habla de un cambio de paradigma lo que realmente está insinuando es más gasto y, por consiguiente, mayores impuestos. En este rubro, la propuesta gubernamental es todo menos que novedosa y no enarbola cambio alguno de paradigma. Es, más bien, un retorno al pasado. De hecho, la iniciativa se asemeja al momento en 1971 cuando, en condiciones de estabilidad, se rompieron todos los equilibrios.

-El planteamiento gubernamental descansa en tres pilares: mayores impuestos a causantes cautivos, con una carga...

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