Mala opción

AutorAdrián Basilio

Mascar chicle o chupar dulces durante un entrenamiento o carrera puede provocar más problemas que beneficios.

La goma de mascar sólo genera contracción en los músculos de la boca y tensión hasta los hombros, mientras que los dulces no aportan una carga de energía significativa, menos aún si se consumen bajos en calorías o sin azúcar.

Además, el riesgo de atragantarse con estas golosinas es alto.

Muchas personas recurren a estos productos para sus entrenamientos o carreras, pero entrenadores y especialistas en medicina del deporte no los recomiendan por los riesgos que implican dadas las particularidades de esta actividad física.

Al hacer cualquier ejercicio, el organismo ya sufre un desgaste, y mascar chicle implica un esfuerzo y contracción adicionales tanto en las mandíbulas como en el aparato digestivo. Y sí, aunque no lo parezca, incide en el rendimiento.

Al ser la carrera un ejercicio de resistencia, se debe tener una buena capacidad aeróbica y el mascado del chicle evita inspirar la misma cantidad de aire para tener un desempeño adecuado, en especial si se requiere meter aire por la boca.

En el caso de dulces o pastillas, sean de menta, miel, limón o cualquier sabor, sólo engañan al sistema nervioso porque aparentan una hidratación, pero en realidad no se están consumiendo más líquidos sino la misma saliva producida por el estímulo azucarado, advierten especialistas.

Otro inconveniente de estas golosinas es que pueden generar caries si...

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