La Maldición de la Cultura

AutorRoger Bartra

Uno de los atractivos del partido que encabeza Gilberto Rincón Gallardo radica precisamente en que se presenta como un grupo que ofrece ideas y propuestas, y que -por lo mismo- rehúye la gesticulación espectacular en una cacería por atraer simpatías frívolas y superficiales. Tiene la ventaja de que su partido aglutina a algunos intelectuales e ideólogos conocidos por su influencia en los medios de comunicación. Por ello, la responsabilidad de este grupo, en los temas culturales, es muy grande. En consecuencia, me sorprende que sus propuestas y sus ideas en materia de cultura carezcan de consistencia y se limiten a repetir algunas banalidades. Nos deja con la impresión de que ha hecho enormes esfuerzos (sin duda meritorios) por no resbalar, pero que a fuerza de cuidarse ha logrado una corrección política tan químicamente pura que resulta vacía.

Es sabido que los políticos le temen más a los reporteros de cultura que a los feroces analistas de la política. Hablar de cultura es incómodo, peligroso y poco rentable. Hacer el ridículo en un barrio o en un ejido se borra más fácilmente de la memoria pública que ser el hazmerreír de quienes se dedican a la cultura. El mejor ejemplo reciente nos lo ha ofrecido Vicente Fox al declarar que Carlos Monsiváis no es un intelectual. ¿Vivimos en un mundo de espectáculos postmodernos donde nada es lo que aparenta ser? Tal vez Fox tampoco es un político, Zedillo no es el presidente y las elecciones del 2 de julio no serán más que un simulacro (para que siga gobernando el PRI). ¡Uf!

Está muy bien que políticos como Gilberto Rincón Gallardo estén convencidos de que es inútil discutir la utilidad del arte. Esa es precisamente la dificultad que tienen los políticos ante la cultura: a ellos se les paga para que hagan cosas útiles, atraigan votos útiles, consigan mejores utilidades, construyan instituciones utilizables... La política es el arte de lo útil, lo aprovechable, lo conveniente, lo ventajoso y fructífero. El arte y las actividades culturales también pueden ser todo eso, también pueden ser de provecho y de beneficio, pero son mucho más que todo eso. Y ese mucho más es algo...

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