Manifiestos: Ideas en acción

AutorHéctor Zagal

En 2010, comenzó a circular el Manifiesto de los economistas aterrados contra los errores y horrores del neoliberalismo financiero. Palabras más, palabras menos, el manifiesto denuncia la trampa del neocapitalismo que consiste en "proteccionismo para los ricos, libre mercado para los pobres".

Obviamente, no simpatizo con los financieros. Lamentablemente, mi ignorancia me impide suscribir o rechazar dicho documento. No sé suficiente sobre economía (¿los financieros sí?) como para pronunciarme. Hoy simplemente quiero hablar del "manifiesto" como género literario. ¿Cómo se originan?, ¿cuál es su entorno propicio?

EL ORIGEN DEL INTELECTUAL

Antes del Renacimiento, los artistas eran artesanos. Cientos de pinturas y esculturas góticas carecen de firma. Si un carnicero o un zapatero no firmaba su producto, ¿por qué habría de firmarlo un escultor? En pleno siglo 18, los músicos seguían siendo personajes menores. Leopold Mozart vistió la librea con el escudo de armas de su patrón, el príncipe-arzobispo de Salzburgo. Las tirantes relaciones de Johann Sebastian Bach con sus empleadores hablan de la poca consideración que les merecía el músico. Músicos, pintores, escultores arquitectos eran considerados, ciertamente, artesanos más cualificados que un sastre o un zapatero, pero, al fin y al cabo, artesanos.

La situación de los académicos medievales era mejor. Los doctores en Filosofía, Teología y Derecho influían en algunas decisiones públicas. Reyes y Papas consultaron, por ejemplo, al cuerpo de doctores de la Universidad de París. El claustro de profesores era un referente obligado para temas públicos de cierta importancia. Sin embargo, las universidades mantenían fuertes compromisos políticos con el papado y con la nobleza; en consecuencia, sus opiniones corporativas fueron, ordinariamente, muy conservadoras (Juana de Arco, por citar un caso, fue acosada por el lobby universitario de París, partidario del rey de Inglaterra).

Durante el Renacimiento, comenzó a configurarse el "intelectual". Fueron letrados y artistas que se consideraron a sí mismos con la capacidad de opinar sobre algunos temas más o menos públicos. Entre tropiezos, los "intelectuales" se fueron ganando el reconocimiento de los poderosos y, sobre todo, consiguieron independizarse del control gremial, aunque no así del mecenazgo de las élites económicas, políticas y religiosas. Y sin intelectuales, no hay manifiestos.

LOS MANIFIESTOS Y LA REVOLUCIÓN

Los manifiestos presentan...

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