Manipulan con caprichos

AutorVanessa Rivas

Escenas de llanto, súplicas demandantes e incluso gritos incontrolables, son las principales actitudes que un pequeño suele utilizar como su mejor arma para cumplir algún gusto material o afectivo, controlando así a los padres y convirtiéndose en un niño caprichoso.

Con el fin de obtener lo que desean de manera inmediata y sin dificultad, los infantes toman conductas de alteración y negación para verse beneficiados, las cuales son fomentadas, la mayoría de las veces, por los progenitores.

"Encontrarse con chiquitos berrinchudos, poco tolerantes e impacientes, es común porque saben que al actuar de cierta manera los mayores les dan el dulce o les compran lo que quieren; y lloran, o se tiran en el piso y hasta gritan", señaló Norma Contreras, psicóloga infantil de la FES Iztacala.

Los niños aprenden a comportarse de esa manera para exigir a sus padres aquello que desean, sean material como juguetes y dinero o necesidades internas como atención o afecto.

El proceso inicia desde los primeros meses de vida cuando un bebé aprende que mediante el llanto puede obtener comida o protección, el tiempo de espera es la diferencia.

"No es que se les deje llorar o sufrir, los papás están pegados al bebé y cuando lloran o hace 'ah', ve cubiertas sus necesidades; cuando no se le puede atender, se convierte en un mar de lágrimas porque no sabe esperar", afirmó la especialista.

"Tengo dos hijos varones y cuando hacen berrinche lloran mucho y no les hago caso hasta que se les pase para cuando estén tranquilos les explique que eso no se hace"

Diana Cadena, residente de Atizapán.

Mi hijo es muy caprichoso, siempre quiere hacer su santa voluntad y lo castigo cuando se comporta así, pero hay veces que ni responde y sigue con lo mismo

Silvia Jiménez, vecina de Viveros de la Loma.

En una visita a Chichen Itza mi hija Andrea me hizo un berrinche fuertísimo porque no pudo subir una pirámide y se puso a llorar a tal grado que una televisora la filmó y yo dejé que hiciera su 'pataleta', para darle después dos buenas nalgadas y nunca más lo volvió a hacer

Angeles Herrera, de Echegaray.

Mi hija, me hizo su 'show' en el super por un juguete que no le quise comprar, así que le di dos...

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