LA MANO VISIBLE / Galimatías constitucionales

AutorAlejandro Faya

La Constitución para la Ciudad de México tiene la oportunidad de nacer como un cuerpo normativo claro, robusto y coherente, que siente las bases fundamentales para guiar transformaciones en beneficio de la población. Sin embargo, el proyecto presentado por el Jefe de Gobierno cae en el mismo error histórico de permitir que la ideología y el ánimo aspiracional prevalezcan sobre el diseño de directrices institucionales que permitan resolver problemas vigentes. Ya no estamos en épocas del Constituyente de 1917 y debemos beneficiarnos de las mejores prácticas de técnica jurídica y política pública.

Por supuesto que todos queremos aire limpio o seguridad en las calles, aunque sobra decir que para que eso suceda no basta que la Constitución nos diga que tenemos derecho a ello (a 17.A.1 "toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar...a" 18.A.1 "toda persona tiene derecho a vivir libre de amenazas generadas por las violencias (sic) y delitos"). La lista es interminable (desde prerrogativas de "ciudad", lo que signifique, hasta para tener los niveles más altos de salud física o mental, desarrollo sostenible o una alimentación "culturalmente aceptable").

No digo que la Constitución no deba tutelar derechos; desde luego, se trata de una de sus funciones básicas. Pero existe una gran diferencia entre derechos que imponen límites a la autoridad para evitar abuso de poder, susceptibles de ser implementados, respecto de otros que responden a objetivos públicos (unos claros otros un tanto difusos) cuya realización depende de múltiples factores. Peor aún, el proyecto dispone que toda persona podría acceder a mecanismos de exigibilidad y justiciabilidad para demandar el ejercicio pleno de los derechos reconocidos; asimismo, que la autoridad estará obligada a prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones. Es obvio que esto es incosteable e irrealizable. Y si lo fuera, dudo que los citadinos querrían que sus contribuciones sean utilizadas para eso. ¿Reparará la Ciudad a cada ciudadano por las afectaciones que sufra a causa de la contaminación, congestión vial o ausencia de espacios públicos?

Por otra parte, los aspectos económicos son de llamar la atención. La Ciudad de México es, por mucho, el lugar más competitivo del País por razones obvias (actividad económica, infraestructura, conectividad, nivel de salud y educación de su gente, entra otras). No existen artículos que apuntalen esta afortunada...

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