LA MANO VISIBLE / Sociedades Simplificadas
| Autor | Alejandro Faya |
El 9 de febrero pasado el Congreso de la Unión aprobó reformas a la Ley General de Sociedades Mercantiles con el objeto de crear una nueva figura: la "Sociedad por Acciones Simplificada". Esto permitirá a cualquier emprendedor constituir una sociedad mercantil sin necesidad de pasar por un notario o corredor públicos, registrarla en automático y operarla bajo reglas más sencillas. Por fin se rompen varios mitos y falsedades del derecho mercantil:
Mito 1: Debe existir una pluralidad de socios. La lógica del régimen societario no es tanto reunir a varios accionistas para desarrollar un propósito común, sino aislar el riesgo y proteger el patrimonio personal. La personalidad jurídica y patrimonio propio de una empresa incentiva a invertir y arriesgar. Cabe además recordar que una gran proporción de las sociedades de menor tamaño son unipersonales en los hechos (es decir, tienen al socio real y 1 acción de otro "socio" sólo para cumplir con la formalidad).
Mito 2: Es indispensable contratar a un notario o corredor. Así -corre el argumento- estos profesionistas autentifican la identidad de los accionistas y diseñan estatutos sociales que sean conformes con el marco jurídico y respondan a las necesidades particulares del negocio. Sobre lo primero, es evidente que existen formas evolucionadas para lograr el propósito, por ejemplo la firma electrónica, la cual de hecho se usa para pagar impuestos y hacer otros trámites. Sobre lo segundo, los estatutos suelen ser estandarizados y no siempre es preciso contar con asesoría especializada (menos si vale diez mil pesos), especialmente cuando los negocios son pequeños. Por ello, pueden utilizarse sin problema alguno documentos pro-forma. La necesidad de contratar a un fedatario público representa todavía el principal costo -y disuasivo- para constituir una sociedad.
Mito 3: nuestro sistema jurídico exige reglas y formalidades que es necesario mantener. Los sistemas jurídicos tienden a ser más pragmáticos y a privilegiar la consecución de objetivos mediante los medios menos intrusivos posibles. El derecho debe ser instrumento para solucionar problemas, no para crearlos. Diversos países de tradición jurídica similar a la nuestra han emprendido importantes reformas para simplificar y facilitar la apertura de empresas, como fue el caso de Alemania, Francia, España, Portugal, Chile y Colombia. En este último caso, el éxito fue tremendo: en el primer año...
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