Mantiene la paz, hundida en la pobreza

AutorInder Bugarin

REFORMA/ Bélgica

Cuando el Presidente de Sierra Leona, Ahmad Tejan Kabbah, declaró el 18 de enero del 2002 el fin de 11 años de guerra civil, la euforia se apoderó del país y miles de personas salieron a las calles de Freetown a vitorear el inicio de la transición democrática y la instauración de un Gobierno estable.

A más de tres años de la capitulación oficial de un conflicto que estremeció al mundo con sus imágenes de adolescentes armados con rifles AK-47 y mutilando con machete las piernas, brazos y orejas de sus víctimas civiles, Sierra Leona vive un momento critico.

"Por un lado está el camino de las reformas difíciles y que al final redituarán en estabilidad y prosperidad, por el otro está el pasillo de una nueva confrontación armada", afirmó en conversación desde Senegal, Mike McGovern, director para África occidental de International Crisis Group, organismo independiente reconocido por sus investigaciones sobre prevención y solución de conflictos.

La Administración de Kabbah, reelecto en mayo del 2002 con 70 por ciento de los votos, ha fracasado en ofrecer una clara dirección de país.

Mientras, la comunidad internacional una vez más ha demostrado su incapacidad para traducir sus intervenciones en Estados capaces de ejercitar el "abc" de las responsabilidades de una nación soberana a favor de la población.

Media década después de la llegada de la fuerza de pacificación de Naciones Unidas (UNAMSIL), Sierra Leona sigue siendo el país más pobre del planeta, según el índice del Programa para Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD).

El 70 por ciento de sus cinco millones de habitantes vive con menos de un dólar al día y la esperanza de vida para un recién nacido es de sólo 34 años.

Los servicios de educación son mínimos (el 80 por ciento de la población es iletrada), al igual que las prestaciones médicas (un médico por cada 31 mil habitantes).

El ser madre resulta una ruleta rusa, pues Sierra Leona es el lugar más peligroso para dar a luz.

En esta península mueren mil 800 mujeres por cada 100 mil partos, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), es decir dos mujeres por cada 100.

En este listado encaja también un dato alarmante: el 17 por ciento de los niños mueren antes de cumplir su primer año y uno de cada cuatro antes de su quinto cumpleaños.

A pesar de los recursos inyectados por la comunidad internacional, más de seis mil millones de dólares para sofocar la violencia, hay una inadecuada aplicación de la ley, serios...

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