Manual del Conductor/ Dos actitudes viales

AutorRodolfo Sánchez S.

Dicen los que saben, que la calidad es una forma de vida, un modus vivendi. Es cierto. Por lo menos yo lo creo así. El que cree en la calidad, no nada más la predica, sino que también la practica.

Creo que es la diferencia entre la gente de éxito y la que no lo es. Entre la empresa exitosa y la que no lo es.

Cuando la calidad la hemos adoptado como norma de vida, como hábito, ésta se manifiesta en todas las actividades que llevamos cabo en la vida. Obviamente, que el manejo no es, o más bien, no debe de ser, la excepción.

La paciencia

La paciencia es una virtud, un principio, un valor, una herramienta de la calidad. Los líderes mundiales han sido gente de mucha paciencia. Aún más los asiáticos u orientales, sin menospreciar también a los occidentales, sean europeos o americanos.

Si usted se sienta con un oriental a negociar, más le vale ser paciente, pues si no lo es, seguramente perderá.Churchill fue paciente, Ho Chi Ming fue paciente, Martín Luther King fue paciente, Lincoln fue paciente, De Gaulle fue paciente, Hidalgo y Juárez también lo fueron.

Los pilotos profesionales de autos de carreras no ganan en la primera vuelta, ni siquiera a la mitad de la carrera. Muchas veces el primer lugar se define al último minuto. El que no es paciente, no gana. Una de las cualidades de un conductor debe ser la paciencia. Lo que pasa es que todos queremos ser los primeros en llegar, no importa lo que le ocurra al otro.

Creo que el lugar donde más resaltan nuestros instintos de conservación, de defensa y de agresividad es en los puentes fronterizos.

En Reynosa-Hidalgo; Matamoros-Brownsville, y otros. Cuando las colas son largas (que es casi siempre), nadie y ayúdeme a repetirlo, nadie, cede un centímetro. Aquí se olvidan todas las normas de cortesía y de concesión.

Es preferible ser paciente:

Al esperar que un semáforo cambie a verde.

Cuando tenemos prisa.

En el caso de que alguien nos provoque.

Al viajar en carretera. Es preferible y más seguro conducir despacio.

La paciencia nos hará ser más prudentes y tolerantes con los demás, principalmente con todos aquellos lurias" del volante, con los taxistas y particulares irresponsables, los choferes cafres de camiones de pasajeros, los peatones imprudentes, los ciclistas.

Los congestionamientos de tránsito son causa de mucho "estrés del automovilista". De nada sirve desesperarse, más que para subir la tensión. ¿Se imagina en qué estado anímico llega uno a la oficina?

De manera pues, que así como la paciencia...

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