Manuel J. Jáuregui/ El qué y el cómo

AutorManuel J. Jáuregui

La señora gorda llega con su médico al chequeo. Como primer paso, éste la conmina a subir a la báscula.

"¿Cuánto dice usted que debo pesar, doctor?", pregunta.

"Para su estatura, señora, unos 47 kilos", le replica paciente el galeno.

"Espléndido", dice ella al tiempo que con la mano detiene la balanza en impecable equilibrio. "¡Lo logré!"

Como chascarrillo, estimado lector, quizá el anterior no sea muy bueno, más como ejemplo de lo que hoy les queremos tratar es excelente.

La moraleja del cuento, como podrán desprender, es la siguiente: lo importante no es el número, sino cómo se obtuvo éste.

Aplicada la máxima al tema de la economía, queda aún más claro el punto.

Consta a todos que macroeconómicamente hablando, los números del desempeño económico del país son excelentes.

La inflación, para nuestros estándares, es baja; el crecimiento económico es robusto (quizás demasiado robusto); la cantidad de las reservas se ubica históricamente en su nivel más alto, la bolsa pasa por un buen momento en cuanto a valuación se refiere, etcétera.

En general, reina el optimismo, y el mundo político afirma que con el "blindaje" que traemos puesto "no habrá crisis sexenal".

Nadie en su sano juicio quiere que dicho fenómeno se repita, de manera que existe, a priori, una buena disposición en la opinión pública en creer esta afirmación.

No obstante, de hombres prudentes es el prever por lo cual nada de lo anterior impide que seres pensantes se pregunten: ¿Será todo esto demasiado bueno para ser cierto?

¿Realmente se parece nuestra economía al "Velero bergantín" del inmortal poema y "Viento en popa, a toda vela, no cruza el mar sino vuela"?

La respuesta no es sencilla, y menos absoluta.

Hay, no obstante, dos cosas respecto al "cómo" de los números logrados que quisiéramos señalar: el nivel de las tasas de interés y la valuación de nuestra moneda.

No deseamos entrar en discusiones económicas de altos vuelos ni polemizar con expertos, toda vez que el mejor economista es aquel que emplea el sentido común y respeta la fuerza de la naturaleza manifestada en los mercados, por lo cual nos concretaremos a comentar sólo estos dos ingredientes de la política económica arriba señalados, para ejemplificar y fortalecer nuestra hipótesis que no importa el número, sino cómo se llegó a él.

Es un hecho indiscutible que en México el gobierno, a través de su Banco Central, la propia Secretaría de Hacienda, y otras dependencias como Nafinsa, influye en los mercados de tal manera en...

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