Manuel J. Jáuregui / Bien complicado

AutorManuel J. Jáuregui

Oigan ustedes, amigos lectores, eso de la recompra de los bonos del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) está resultando más complicado que el peinado pompadour de Donald Trump. Algunos de los factores que hicieron que los tenedores de la deuda rechazaran la oferta del Gobierno mexicano son fáciles de entender.

Primero que nada, la deuda se colocó en NUEVA YORK, de manera que los términos se rigen por leyes estatales y federales de ese Estado, así que los tenedores, muchos de ellos fondos de inversión muy, pero muy picudos, sienten que legalmente ellos -y no el Gobierno mexicano- tienen el sartén por el mango. Segundo, la oferta de recompra tiene dos componentes: uno es el monetario y el otro es el CAMBIO de algunas partes del convenio, mismos que favorecen al Gobierno mexicano.

El prospecto que llevó el Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, a decir de expertos, está muy bien elaborado y denota que se ha trabajado en él por un buen tiempo. La oferta que se rechazó consistió en ofrecer a los tenedores un precio de entre 90 centavos y un dólar -valor par- habiendo estado en el mercado libre como a unos 78 centavos y 5 centavos adicionales como premio por aceptar rápido y aceptar el cambio a los "covenants" (términos). Al parecer, el precio no es el problema, sino el cambio de condiciones.

Verán ustedes: cuando se realizó la oferta original, ésta fue acompañada de estudios financieros compuestos por FLUJOS y PROYECCIONES apoyados en el esperado comportamiento del TUA (Tarifa de Uso Aeroportuario) tanto del ACTUAL aeropuerto, como de los esperados con el nuevo (de Texcoco). La oferta de recompra que llevó Urzúa a Nueva York no está respaldada aún por "corridas" de flujos referentes al Santa Lucía-Toluca-AICM.

Las garantías económicas para aceptar un cambio de condiciones NO SON LAS MISMAS que las de la emisión original, de ahí -creemos- la resistencia al mencionado cambio de condiciones. La cuestión del precio de los bonos se puede arreglar elevando la propuesta, le cuesta más al Gobierno mexicano, pero consigue lo que pretende. El cambio a los "covenants" (acuerdos y condiciones) eso sí luce bastante más complicado y, sobre todo, TARDADO.

Mientras, en el NAIM SIGUEN...

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