Manuel J. Jáuregui / Contra emprendedores

AutorManuel J. Jáuregui

Llega un tipo a la cantina, se acerca a la barra, y le dice a su vecino contiguo, al tiempo que pide un tequila: "Usted es bombero, ¿verdad?". "Sí", le contesta, "¿cómo lo supo?". "Bueno, pues hay algo en su postura, en su porte, las manos garrudas", le contesta el preguntón, "y por algunos otros detalles". "¿Cómo cuáles?", insiste el bombero. "Bueno, pues algunos pequeños como el perro, las botas, el impermeable, el hacha, y la gorra roja que dice 'Máquina #2'".

El tema, estimados amigos, es que "hay detalles" que delatan una actitud antiempresarial en el actual Gobierno. La cual ha quedado marcada, de manera muy clara, por declaraciones de ayer del director de la CFE, el joven y dinámico político, cuya carrera data de los años 50, habiendo sido -entre otras cosas- Secretario de Educación con Carlos Salinas de Gortari (sí, ése, el de la "Mafia del Poder" y el "innombrable"), Manuel Bartlett Díaz.

Dicen, no nos consta, que Bartlett Díaz estuvo presente cuando se firmó la Constitución del 17, pero como buen político es flexible, y ahora le entra a la jerga de los "fifís" y el "conservadurismo" tan tupido como cualquier morenista.

Educado en Francia, fue en una época -cuando era priista- promotor de la apertura comercial y económica y hasta ayudó a modificar el Art. 27 de nuestra Constitución para permitir en los EJIDOS la asociación empresarial/industrial.

Otra es su postura ahora: arremete contra los pobres empresarios que, creyéndole al Gobierno, invirtieron en la construcción de gasoductos para permitirle a la CFE producir energía para cumplir con la actual y futura demanda a base del "ciclo combinado", siendo éste uno que emplea gas natural para generar el vapor que requieren las turbinas de expansión para girar los enormes generadores que producen la electricidad.

Como PEMEX tiene rato de ser un despapaye, en México no hay suficiente gas, de ahí que la CFE decidiera recurrir a un esquema de comprarlo en el extranjero y pagar por el transporte de molécula a quien decidiera construir -con su dinero- esos gasoductos.

Uno de ellos lo PARARON los yaquis en Sonora, otro más (el de TransCanada) lo decidió detener un alcalde de rancho rehusando darle derecho de paso, y otro más lo tronaron los huachicoleros. La falta de orden y certeza jurídica en nuestro México Mágico impidió a empresas que invirtieron millonadas en su construcción poder terminarlos.

Ahora el Sr. Bartlett los amenaza con cambiar los términos del contrato o los cancelará, y de...

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