Manuel J. Jáuregui / Estabilidad

AutorManuel J. Jáuregui

Hay individuos que cuando se levantan por las mañanas y se miran en el espejo contemplan a su peor enemigo. Seguramente ustedes, amables lectores, conocen a gente de este tipo. De manera "serendipitosa" es que por esta reflexión llegamos al tema de hoy: la estabilidad. Cualquier sociedad requiere estabilidad para progresar. Esto es, estabilidad social, estabilidad económica, estabilidad jurídica y estabilidad emocional en sus líderes. Pudiera ser que poseyendo dos de las cuatro una nación pueda más o menos sobrevivir entre azul y buenas noches, pero contando con cero de ellas -cual es el caso de México en la actualidad- está más que difícil.

En una de sus tantas diatribas (hay quien les llama a éstas "diatripas") el Presidente López ordenó a sus críticos "serenarse". Recomendación a la que la obligada respuesta sería: "¡Ponga el ejemplo, señor Presidente: usted primero!". Es ya la impresión generalizada dentro y fuera de México que en la cúpula de la 4T no han medido bien el daño enorme, que pronto puede llegar a ser irreparable, que está causando el Presidente con la polarización, polemización innecesaria, rijosidad, intolerancia y división que desde el púlpito presidencial está generando en México.

La imagen de un Presidente belicoso, resentido, enojado con todo mundo, ¡hasta con los medios internacionales, como el Financial Times de Londres! (como si a éste le quitara el sueño), no es para nada la imagen que México necesita, menos en la profunda crisis económica y social en la que está metido ya. (¿Y los 12 y medio millones de EMPLEOS perdidos, apá?). Nada más reñido con la modernidad y el progreso que un Presidente intransigente indispuesto al diálogo y dado a ignorar y desdeñar las voces críticas. Lejos de ser un logro presumible, el "ni un paso atrás" refleja, por el contrario, una postura totalitaria monoteísta; ello porque para llevar un Gobierno exitoso, de utilidad y de servicio a la nación, frecuentemente es necesario y aconsejable NO UNO, sino MUCHOS pasos atrás.

Rectificar errores es el verdadero ARTE de gobernar; no existe en el mundo civilizado, en las naciones progresistas, un PREMIO A LA INTRANSIGENCIA. Por lo menos no en el mundo democrático, y la última vez que nos fijamos México es y sigue siendo una democracia, misma que costó sangre...

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