Manuel J. Jáuregui / Del lado gringo

AutorManuel J. Jáuregui

El futuro del nuevo Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos está en manos de los vecinos al norte del Bravo.

México rechazó las últimas exigencias sobre "contenido de origen" y otras necedades que su representante nos pretendía imponer, por lo que la decisión de firmar o no ANTES de que se venciera el plazo impuesto por el líder de los republicanos en el Congreso, Paul Ryan, ES YA TOTALMENTE decisión del Presidente Trump. (Originalmente el plazo vencía ayer, pero se dice que hubo ahí un ajuste que lo aplazaría para el domingo).

Qué hará este señor es imposible de predecir, es una lástima que tras tanto negociar se haya dado un atorón al final, pero la gente "del cuarto de al lado" alaba la actuación de nuestros negociadores y respalda su decisión de no cumplirle sus caprichos a Robert Lighthizer, el negociador nombrado por Trump.

Nuestros negociadores están buscando un acuerdo que DÉ CERTIDUMBRE a la inversión, que no cancele empleos en México y que sea equitativo. Las propuestas de Lighthizer no cumplían con estos requisitos básicos, por lo que fueron rechazadas en su totalidad.

El Gobierno norteamericano ya sabe a qué está dispuesto México y a qué no, de manera que será decisión de ellos retirar sus propuestas guajiras y aceptar condiciones equitativas o el Tratado quedará en suspenso hasta pasadas las elecciones mexicanas y las de medio término norteamericanas de noviembre.

El plazo fijado por Ryan tiene que ver con que un Tratado de esta naturaleza requiere ser ratificado por el Senado, así que si no se presenta el lunes 21 ya no alcanzará a ser votado, pues esa Cámara posteriormente entrará en receso y no habrá tiempo para que se analice y sea votado antes de que inicien las campañas de reelección.

Ahora bien, el riesgo -para ellos- es que los demócratas ganen escaños en el medio término, perdiendo los republicanos el control, y se elimine la posibilidad de que lo que proponga Trump sea aprobado. Por eso es inexplicable la intransigencia de EU al cinco para las doce porque fracasar en las negociaciones les afectará tanto a ellos como a nosotros: que le jueguen al "toro echado", ni avanzando ni retrocediendo, es una insensatez.

No debe sorprendernos esta actitud de...

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