Manuel J. Jáuregui / Ormuz

AutorManuel J. Jáuregui

Nadie más osado que el ignorante: el poder de Irán para hacer daño -no sólo a Estados Unidos, sino a toda la economía global- no radica en el tamaño de su ejército ni en un poderío bélico, sino en su posición estratégica. Irán está, por la gracia de Alá, en posición de controlar el Estrecho de Ormuz, una angosta "garganta" de mar que separa el Golfo Pérsico del Golfo de Omán.

En este pasaje marítimo con poco más de 38 kilómetros de ancho en su separación mínima, pero que para los tanqueros petroleros que lo transitan sólo resultan utilizables 3 kilómetros en cada sentido, desfila aproximadamente el VEINTICINCO por ciento de TODO el petróleo que se consume en el MUNDO. Y por si eso fuese poco, adicionalmente, por el Estrecho de Ormuz navega la TERCERA PARTE de todo el LNG (gas natural licuado) que se consume en el planeta Tierra.

Irán controla las costas del Estrecho de Ormuz y en ese pasaje ha escenificado este revoltoso país no pocos incidentes internacionales que han sacudido al mundo, el más reciente en julio del 2019 cuando tomó por la fuerza el tanquero británico Stena Impero como represalia contra Gran Bretaña, que impidió el envío naviero de armamento iraní a los radicales islámicos que pelean en Siria deteniendo en Gibraltar un buque iraní.

La fuerza de Irán, pues, estriba en que puede estrangular el comercio global de petróleo y sus productos empinando de un zarpazo la economía global. Ello como lo hizo ya en 1988 colocando MINAS acuáticas en el estrecho, impidiendo el flujo de buques y en consecuencia de las exportaciones petroleras de Arabia Saudita, Kuwait, Irak y todo el Medio Oriente.

De manera que cuando el Presidente Trump afirma que Estados Unidos tiene el mejor y más equipado ejército del mundo para enfrentar a Irán, pronuncia lo que en la lógica se conoce como una falla de "non sequitur", pues de nada le sirve ese poderío si Irán bloquea el Estrecho de Ormuz, paraliza el comercio global de crudo y el petróleo se dispara a niveles insospechados y se pone de cabeza la economía del mundo de la noche a la mañana.

Y que no piense que eso no puede suceder, pues YA SUCEDIÓ con el Presidente Ronald Reagan y con el Presidente Jimmy Carter y con el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR