Manuel J. Jáuregui / ¿Quid pro quo?

AutorManuel J. Jáuregui

Parece ser que ahora ya sabemos por qué el Presidente López se ha negado a reconocer como ganador de las elecciones presidenciales norteamericanas de hace dos semanas a Joe Biden.

Estaba apoyando con su negación de reconocimiento al Presidente Trunc, para que éste a su vez lo apoyara con el "One Hundred Fires" (Cienfuegos) regresándolo a México para quesque sea juzgado aquí en un juego del viejo "quid pro quo".

Bien sabido es que el Fiscal General norteamericano, Guillermo Barra (William Barr), es un peón incondicional de Trunc, de manera que no es para nada inconcebible que el perdedor de la elección para todo el mundo, pero ganador para el Gobierno mexicano, le haya ordenado a Barr regresar al General a su país de origen como una forma de agradecerle al Presidente López su apoyo pagando en especie.

Ahora que, pese a que en este país hay una investigación que se abrió apenas hace una semana en contra del General, las autoridades han mostrado inclinación a considerarlo inocente desde que fue arrestado en Los Ángeles.

De manera que eso de afirmar que será juzgado en México es un decir, tanto como el afirmar que en materia de salud e inundaciones tenemos todo bajo control.

Salta a la vista, resulta obvio, que aquí en México el General Cienfuegos no va a ser juzgado, de manera que el Fiscal Barr de hecho lo puso en libertad, y ello para aplacar -y agradecer el apoyo- a un Gobierno mexicano que desde su detención había protestado por no haber sido informado del proceso que se le seguía desde un año antes, al mismo tiempo que ha seguido considerando a Trun ganador de las elecciones.

Hay quienes afirman que soltaron al General Cienfuegos porque los norteamericanos "no tenían pruebas".

Esta explicación nos luce altamente improbable, ello porque la orden de aprehensión la gira un juez, atendiendo las pruebas que le presente el Fiscal que persigue el delito presuntamente cometido.

Algún tipo de pruebas sólidas deben haber tenido, pues de otra manera no se hubiese girando nunca la orden de aprehensión.

En casos como éste el UMBRAL de evidencia es usualmente alto, los jueces cuidan mucho no iniciar procesos que de antemano lucen frágiles y es normal que nieguen órdenes de aprehensión pidiéndole a los fiscales que obtengan más pruebas.

Que quede claro: no afirmamos, ni remotamente, que a priori pensemos que el General sea culpable.

No, lo que decimos es...

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