Manuel J. Jáuregui / ¡Y no se lo acaban!

AutorManuel J. Jáuregui

Hagamos un experimento, amigos: a las 11 horas, 11 minutos, 11 segundos de HOY, 11 de noviembre del 2011, formulemos un deseo.

Se supone que la combinación 11-11, según los CHINOS, es de buena fortuna, entonces la de 11-11-11-11-11-11, debe de ser fenomenalmente portentosa.

Por hoy y sólo hoy, además, si usted toma la edad que tiene y se la suma a los dos últimos dígitos del año en que nació, sumará 111.

(Haga la prueba si no nos cree).

Independientemente de si usted cree o no en estas cosas, la numerología, la verdad es que hay ciudadanos en este País que no requieren de la suerte para hacerse ricos.

Como dijo el hijo del Rey Midas cuando su papá le preguntó qué haría él para superar su legendaria riqueza.

El nada tontillo chamaco le respondió: "me voy a hacer político mexicano".

No sabemos qué opinen ustedes, amigos, pero la verdad es que éste su servidor se encuentra estupefacto ante las crecientes evidencias de "enriquecimientos inexplicables" de gente perteneciente o ligada a la política mexicana.

Tal parece que hay en el País un concurso para ver quién ROBA más; si por esta maña se repartieran medallas, seríamos potencia olímpica.

Es que ¡qué bárbaros, no hay recato en cuanto a manosear el dinero público se refiere!

Desde líderes sindicales como el inolvidable "Chava" Barragán, jefes policiacos como "El Negro" Durazo (y los que ahora lo imitan) o la próspera residente de San Diego, la Maestra Gordillo, pasando por Montiel, el (o los) "Profes", Gobernadores, Alcaldes, líderes de partidos (aun los chiquitos), funcionarios de todos los niveles de las paraestatales (¿o qué no anda prófugo un ex directivo de CFE, Néstor Moreno, acusado de agarrar moches millonarios a cambio de contratos que le permitían lujos similares a los de "El Niño Verde"?).

El PILLAJE al que ha sido sometida nuestra pobre Patria desde su fundación (empezando por los españoles y hasta la fecha) no tiene precedente global, tanto por su larga duración como por la intensidad del despojo.

A lo largo de la historia quienes abrevan en la fuente de la corrupción acaban por morir ahogados en ella, empezando con Trujillo en la Dominicana, el "Papa Doc" Duvalier en Haití, hasta llegar a Gaddafi.

Es imposible, o casi imposible, sostener una robadera intensa en un país porque invariablemente algo siempre TRUENA.

¡Excepto en México!

Nuestra teoría es que el saqueo nacional desde la llegada de Cortés ha...

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