Manuel J. Jáuregui/ Promoviendo el turismo
Autor | Manuel J. Jáuregui |
En un boletín de amplia difusión, incluso en Internet, la Embajada de Estados Unidos advierte a sus ciudadanos respecto a los peligros de viajar en México. Este servicio lo hace para cada país del planeta, y es una forma de ayudar a sus ciudadanos que pretenden viajar a esos lugares.
Las cifras son importantes: en seis meses 44 ciudadanos norteamericanos han sido asaltados en México, y uno asesinado. Ciudad de México, Tijuana y Juárez son los puntos principales de alerta, aunque también se menciona a Cancún.
Lo interesante es la "causa" a esta inseguridad que el documento atribuye como principal responsable. Este dice: "El bajo índice de arrestos y sentencias contra los delincuentes contribuye al alto nivel del crimen". Esto quiere decir que nuestras policías y nuestras procuradurías no rompen un buñuelo ni a cachazos de .45, o sea: ¡No sirven para nada!
Obvio es que esta advertencia oficial a los ciudadanos norteamericanos, potenciales turistas, proveniente de su Departamento de Estado es algo que toman con toda la seriedad posible.
¿Cuántas decisiones de viajar a nuestro país a vacacionar fueron canceladas debido al temor que el alto índice de peligrosidad genera? De manera que los altos índices de delincuencia, los asaltos, robos y secuestros, que cada día son más frecuentes en nuestro territorio, afectan la seguridad de sus ciudadanos y de los visitantes, y al ahuyentar al turismo le están costando a México miles de millones de dólares en divisas.
En este papel oficial norteamericano está plasmada una situación de causa-efecto que merece ser analizada. Dice el gobierno norteamericano que "el bajo índice de arrestos y sentencias contra los delincuentes contribuye al alto nivel del crimen". Esto quiere decir, primero, que hay muchos crímenes impunes: o sea que reina la IMPUNIDAD. Pero además, dice que el índice de sentencias contra criminales es bajo. O sea que la falta de castigo para los criminales, aún cuando son detenidos, contribuye a esa impunidad y fomenta la criminalidad.
Es decir, la inseguridad en México -de acuerdo a esta visión externa- obedece a que nuestros policías no detienen a los culpables, pero además a que cuando los detienen, el sistema judicial los deja ir.
Si un nuevo Presidente -Fox, por ejemplo- quisiera combatir este problema, entonces tendría que iniciar con una estrategia en dos frentes simultáneos: por un lado, reorganizando y fortaleciendo los organismos policiacos, y por el otro, dándole una barrida total al...
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