María Amparo Casar / Todos igualitos

AutorMaría Amparo Casar

Es una vergüenza nacional. La misma porquería en todos lados, la misma simulación, la misma impunidad. A las fuerzas políticas les bastaron unos pocos años para mostrar que todas están hechas de la misma pasta; que en el ejercicio del poder están hermanadas. Hasta que llegó a la silla -la presidencial, la gubernatorial, la municipal o la legislativa- la oposición condenaba las prácticas electorales fraudulentas y el ejercicio impune del poder. Habiéndolo obtenido se sirvió de ellas.

Es de vergüenza el contenido de las grabaciones difundidas. Pero también es de vergüenza que no se investigue y castigue su origen y difusión. Esto no es un caso de guerra sucia es uno de corrupción e impunidad.

Tiene razón el PRI cuando dice que la difusión de las grabaciones es una medida provocada por el miedo a la derrota. Es ese mismo miedo el que mueve al PRI en su intento de controlar a los medios locales, de manipular las encuestas, de utilizar el dinero del erario público para apoyar a sus candidatos.

Todos son iguales. La diferencia radica en la cantidad de gubernaturas que cada uno controla y, consecuentemente, en la cantidad de recursos que cada uno puede desviar. Es de vergüenza que cada uno de los partidos cruce acusaciones e interponga demandas por idénticas prácticas. No hay ninguna diferencia entre la forma de hacer campaña de unos y otros candidatos. Todos se valen de los infomerciales; todos desvían recursos públicos; todos intervienen las comunicaciones; todos buscan manipular la integración de los institutos electorales; todos disfrazan la contabilidad.

Todos rebasan los topes de campaña; todos truquean las encuestas, todos hacen propaganda personalizada; todos apuestan a judicializar las elecciones. Todos defienden a sus candidatos aún sabiendo que cometieron un delito. El PRD a su Greg; el PRI que "mete las manos al fuego por cualquiera de sus gobernadores"; el partido en el gobierno que persigue a Carpinteyro pero deja manos libres a Nava.

Eso sí todos votaron por el siguiente catálogo de prohibiciones: la calumnia, difamación y denigración de las instituciones, la etiquetación de recursos públicos, la limpieza de los padrones de beneficiarios, la Ley de Transparencia; la propaganda personalizada; la compra de tiempo en los medios; la autonomía de los institutos electorales. ¿Y luego?

Todos difaman al adversario en sus campañas; todos entregan despensas y compran el voto; todos utilizan el padrón en beneficio propio; todos...

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