Marcapasos

Empezó a oler a embutidos y vino tinto.

Desde el pasado jueves, cuando la Comisión Federal de Competencia Económica resolvió posponer su decisión respecto a la fusión de Bancomer y Banamex se empezó a sospechar que las preferencias del grupo regiomontano podrían ir más bien del lado de los españoles.

Luego, cuando José Calderón, miembro del Consejo, no tuvo empacho en hacer manifiestas sus preferencias por los del BBVA, las sospechas crecieron.

Finalmente, poco antes de las 18:30 horas las decisión se hizo pública y el suspenso terminó.

Día largo para los de Bancomer.

A las 10:30 horas se reunieron en Monterrey los integrantes del grupo de control, encabezados por Don Eugenio Garza Lagüera. Luego, a las 12 horas tuvo lugar la reunión del Consejo de Administración en la que no todos estuvieron presentes físicamente pero sí a través de un enlace satelital.

Cinco horas más tarde todo estaba resuelto. Salió el humo blanco y los integrantes del Consejo pudieron relajarse.

No fue gratuito el triunfo. A pesar de que el BBVA había dicho que no habría revire, finalmente, la oferta aceptada le puso sustancialmente más dinero que la primera.

De una aportación de dinero contante y sonante por 630 millones de dólares, se pasó a un monto de mil 400 millones aunque se redujo en 150 millones el monto de bonos convertibles.

Los españoles no tenían problema con los fondos. La reciente colocación los dejó en condición de hacer una apuesta ganadora, como la que al final resultó.

En los cuarteles generales del grupo ganador, desde la tarde se inició una reunión de Consejo para analizar los movimientos que deberían hacer...

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