Admite Mark Felt, ex número 2 del FBI: 'Yo soy Garganta Profunda'

REFORMA/ Redacción

WASHINGTON.- "Yo soy el hombre al que llamaban 'Garganta Profunda'". Con estas palabras, Mark Felt, ex número 2 del FBI a comienzos de los 70, develó uno de los mayores secretos periodísticos de la historia: la identidad de la fuente que provocó la renuncia del Presidente Richard Nixon en 1974.

El informante, de 91 años, está jubilado y vive en Santa Rosa, California, con su hija Joan.

Se mantuvo en silencio durante 30 años, hasta que su familia le sugirió que contara la historia a la revista Vanity Fair, ya que así podrían ganar dinero y pagar las deudas contraídas en la educación de sus nietos.

Él no quería decir nada por miedo al deshonor, y en una ocasión le dijo a su hijo Mark que no creía que lo que hizo fuese muy honorable.

"No deberías explicárselo a nadie", le pidió, temiendo que los tribunales le pidiesen cuentas por la información revelada.

Sus hijos, en cambio, estimaron que lo que hizo era digno de reconocimiento y que podría salvar la situación financiera de la familia.

"Bob Woodward se llevará toda la gloria por ésto, cuando nosotros podríamos hacer dinero suficiente para costear las facturas de la educación de los niños. Hagámoslo por la familia", le dijo Joan.

Finalmente, el semanario reveló esta información, y The Washington Post (WP) la confirmó a través de su página web, señalando que Woodward corroboraba la noticia.

Según el diario, en el momento del escándalo Felt tenía esperanzas de convertirse en el próximo director del FBI tras la muerte de John Edgar Hoover, pero no fue tenido en cuenta por Nixon.

El 9 de agosto de 1974, éste se convirtió en el primer Mandatario de Estados Unidos en dimitir como resultado de una investigación que se inició con el allanamiento de las oficinas del Comité Nacional Demócrata en los apartamentos Watergate, en Washington, en 1972.

A través de encuentros furtivos con el periodista del WP, Bob Woodward, Felt ayudó a éste y a su compañero Carl Bernstein a desenredar la madeja del caso, indicando que los presuntos ladrones se disponían a instalar micrófonos que servirían para realizar escuchas ilegales ordenadas por el Presidente.

Woodward y Bernstein siempre mantuvieron en secreto su fuente, a la que se referían como "Garganta Profunda" (Deep Throat), apodo que aludía a la película erótica homónima que causó furor en la época.

En su libro "Todos los hombres del...

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