'Las matemáticas reconfortan'
| Autor | Francisco Morales V. |
Contra su voluntad, la astrónoma Julieta Fierro se inscribió en clases de baile tropical. Su reticencia, aclara, no se debía a una aversión a la danza, sino porque interfería con el tiempo que quería dedicarle a su recién adquirido puesto: directora general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.
"Mi administradora me dijo: 'Te vas a volver loca, no puedes estar trabajando todo el tiempo, tienes que hacer otra cosa'", recuerda.
A Fierro, quien describe al cargo que ocupó del 2000 al 2004 como el mejor trabajo de su vida, sólo la pudieron convencer de una manera.
"Me dijo: 'Toma clases de baile tropical, porque así en la fiesta de fin de año vas a poder sacar a bailar al delegado sindical'", le sugirió.
Dispuesta a limar asperezas, se inscribió a las clases. La relación con el sindicato, cuenta, siguió siendo espinosa, pero consiguió algo a cambio entre la cumbia, el chachachá, el danzón y la salsa: "Terminé teniendo un grupo de mambo, se llamaba Las Mamberas de Minerva", relata. "Y mandé a hacer un mambo en honor de Galileo que se llama ...Y sin embargo se mueve".
Con su cuadrilla mamberas, la científica recorrió universidades, ferias de libro y otros Estados para divulgar la ciencia.
"Un día en la Plaza de Tlatelolco, en el Día Internacional de la Tierra, los geofísicos llevaron unos sismógrafos y pusieron pantallas gigantes para que se vieran los microsismos (...) Dividí al pueblo en dos para que bailáramos mambo un grupo y otro y a ver quién hacía un sismo más fuerte".
Así es Julieta Fierro, la mujer de ciencia más conocida de México.
"La danza ayuda mucho, descubrí, para que la gente se relaje. Y ya que está tranquila, la ciencia entra más fácil", explica.
DE CHIRIPA
En el Liceo Franco Mexicano, la pequeña Julieta Fierro (1948) sacaba cero en francés, pero 100 en matemáticas. Entonces, los exámenes del colegio se mandaban en barco a calificar a Francia, por lo que debía esperar tres meses por el resultado.
Cuando las pruebas de aritmética desembarcaban con su mención honorífica, su talento se confirmaba.
"Tenía eso que tienen algunas personas, que ven el problema de matemáticas y saben la solución sin pensar", relata la astrónoma, entrevistada en su departamento al sur de la Ciudad de México.
Autora de decenas de artículos y libros sobre su materia y ciencia en general, cuenta que comenzó su ruta en la astronomía: "De chiripa".
A su llegada a la Facultad de Ciencias de la UNAM, entró por error a unas clases de astronomía y, aunque no...
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