Hidratación, con medida...

AutorRubén Romero

Hasta hace unos dos años, un corredor que se preparaba para correr un maratón se aseguraba de beber toda el agua que pudiera durante los días previos al día de evento.

La consigna era beber lo que fuera necesario hasta provocar que la orina fuera clara, incluso transparente, para tener la certeza de estar sobrehidratado.

El por qué de esa instrucción parecía bien fundamentado, casi científico: "Si se espera a tener sed para empezar a beber fluidos, ya será demasiado tarde. El fluido que se bebe cuando aparece la sed no alcanza a llegar al torrente sanguíneo antes de que termine la carrera, por lo que se podría sufrir deshidratación antes de cruzar la meta".

Esa era "la verdad" de la hidratación para deportes de largo aliento hasta hace dos años, en que el investigador sudafricano Tim Noakes publicó su libro "Waterlogged: The Serious Problem of Overhydration in Endurance Sports (Anegados: El serio problema de la sobre hidratación en los deportes de resistencia)" en el que aseveró de manera contundente que sobrehidratarse antes de una carrera larga era un error.

Más aún, Noakes asegura que sobrehidratarse puede llevar al corredor a sufrir una condición que se conoce como "hiponatremia", que consiste en una disminución de la concentración de sales de sodio en el torrente sanguíneo, que puede llegar a tener consecuencias peligrosas, y en algunos casos fatales.

La tesis de Noakes es bien sencilla: esperar a sentir sed es la mejor manera de hidratarse durante una carrera o durante una sesión de entrenamiento larga.

Sus estudios revelan que una parte importante de los corredores que ganan los principales maratones del mundo llegan a la meta con un promedio de 2 por ciento de pérdida del peso con el que arrancaron el evento.

Esa baja de peso es atribuible de manera directa a la deshidratación que el corredor sufre a lo largo del trayecto, lo que significa que eso no le resta efectividad.

Algunos maratones han estudiado la velocidad de deshidratación que experimentan los corredores, y en sus puestos de abastecimiento ofrecen fluidos en recipientes de 120 a 150 centímetros cúbicos cada dos kilómetros y medio, de manera que los corredores ingieran aproximadamente el mismo volumen que pierden.

¿Qué conviene beber mientras se corre?

Si se trata de carreras de 60 minutos o menos, beber agua puede ser suficiente, pero, cuando se trate de correr por más tiempo, conviene pensar en bebidas que contengan sales y electrolitos para...

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