Carlos Medina Plascencia / ¿Sociedad dividida?

AutorCarlos Medina Plascencia

Uno de lo grandes riesgos que corre un país es ver polarizada su sociedad, sobre todo si esa división conlleva riesgos de violencia. Un gobierno no solamente es responsable de realizar obra pública o prestar servicios, lo es también de generar la estabilidad, la convivencia armónica de sus gobernados.

Uno de los factores que de manera natural rivaliza a diversos sectores sociales, es el económico. Sin embargo, en una democracia lo importante es generar las oportunidades que les permitan transformar esa condición.

Es decir, ya existen en el ámbito natural de cualquier sociedad suficientes elementos para que antagonicen algunos sectores sociales. Pero cuando el gobierno, encargado de disminuir esas diferencias, por el contrario se convierte en el principal agente promotor de éstas, estamos en un grave riesgo.

Uno de los ejemplos más claros de una situación así, es Venezuela, donde Hugo Chávez encabezó una esperanza de cambio para una sociedad dolida, agraviada por su situación. En su momento, el movimiento chavista recibió el apoyo de todos los sectores sociales. Está claro que un país con tantas necesidades, puede, con facilidad, ser rehén de cualquier oferta política, sobre todo la populista.

Chávez asumió el poder con un apoyo popular impresionante, pero pronto, esa misma fuerza le dio la espalda. No es para menos, su gobierno nunca se distinguió por ser democrático.

Rápidamente se dieron cuenta cuál era la verdadera oferta del populismo: clientelismo, autoritarismo, corrupción, etcétera. En realidad un proceso de destrucción del país que necesitaba aliento, políticas de corto plazo que acabarían con la vulnerable economía del país.

Pero quizás la causa que más afectó a la sociedad venezolana, es la polarización de su sociedad. Como buen representante del populismo, Chávez enfrentó a quienes con una necesidad preponderante se veían beneficiados con sus políticas paternalistas, contra aquellos que no estaban de acuerdo en que se dilapidara la pobre economía y el pobre avance democrático.

Eso derivó en una convulsión social y política en ese país, una convulsión que llegó al golpe de Estado. Una sociedad dividida por su propio gobierno, es uno de los daños más irreparables que se le pueden provocar a un pueblo.

Por eso es tan importante destacar la responsabilidad que tienen los gobiernos de no ahondar las diferencias de una sociedad tan sentida como también las tiene la nuestra. En el Distrito Federal, con Andrés Manuel López Obrador se...

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