Mejor decirles 'adiós'

AutorSTAFF

Ahora que escombramos alacenas y compramos más alimentos para cocinar en casa, es conveniente conocer las diferencias entre "fecha de caducidad" y "consumo preferente".

Indicador de la vida útil de un producto, la fecha de caducidad se traduce en el límite de tiempo en el que un alimento mantiene sus características de calidad y sanitarias.

Ingerir alimentos que han superado su caducidad representa un riesgo para la salud. No importa que a simple vista parezcan seguros, muchos desarrollan esporas y bacterias que provocan infecciones e intoxicaciones.

El consumo preferente significa que la calidad del alimento es mejor antes de esa fecha, pero sigue siendo seguro para el consumo después de ésta.

"A diferencia de la fecha de consumo preferente, que es una recomendación, la fecha de caducidad sí es terminante", subraya Javier de la Cruz, profesor de microbiología.

Pescados y mariscos, carne fresca, jamón, salchichas y carnes frías encabezan la lista de productos que, caducos, representan un gran riesgo para la salud.

Lavar bajo el chorro de agua una rebanada de jamón viscosa o dorar en una sartén esa salchicha con lama no minimiza el riesgo que representan para tu salud.

"La leche tiene una fecha de caducidad clara, definida por pasteurización y empaque: una semana en vidrio o plástico y hasta seis meses en envase de larga vida", señala el docente. "Una vez caduca, desarrolla olores y sabores muy desagradables; aunque quisieras, no podrías consumirla".

"Un caso diferente son los quesos. Les crecen hongos (no propios del estilo) y la gente los rasura y se los come. ¿Es válido? No, pues toda la pieza está llena de esporas no visibles. Posiblemente no vas a enfermarte de gravedad, pero ya no es un alimento en estado óptimo".

Frutas, hortalizas, carnes, pescados, panes y todo tipo de alimentos frescos, no cuentan con una fecha de caducidad impresa y deben examinarse minuciosamente, con vista, tacto y olfato, antes de consumirlos.

"Un vegetal en descomposición presenta marchitamiento de hojas, olor putrefacto, reblandecimiento y mosca de la fruta.

"El pan de la panadería de la esquina también debe evaluarse en función de dureza, humedad, color y presencia de hongos. No hay que olvidar que, por mínimos que sean, indican presencia de esporas en toda la pieza o bolsa", detalla Javier.

¡A LA BASURA!

PESCADOS Y MARISCOS

Con ojos opacos, escamas que se desprenden, película babosa, concha abierta, coloración extraña, olor desagradable.

Riesgo...

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