Empresa/ Melón o sandía

AutorAlberto Barranco Chavarría

Lo grave del caso es que al menos el 40 por ciento de los recursos corresponden a la expansión de las inversiones en materia de telefonía celular realizadas por la empresa Telefónica Española, lo que habla de una virtual paralización en el terreno de telefonía fija.

Y aunque el agujero lo podría explicar el estallido del globo que mantenía artificialmente sólidos los estados financieros de la firma estadounidense WorldCom, cuya filial en México participa en Avantel, el punto toral de la reversa se ubica en el largo jaloneo al interior del Congreso para dar paso a una nueva Ley Federal de Telecomunicaciones.

El hecho es que por idéntica causa, la inversión nacional, cuyo 90 por ciento la domina Teléfonos de México, se ha contraído en un porcentaje similar, amenazando con una parálisis mayor a partir del próximo año.

Ahora que la motivación de tirios y troyanos, por más que ambos coinciden en la necesidad de un nuevo marco jurídico en sustitución del aprobado hace 7 años, apunta a diferentes vías. Mientras el capital extranjero sostiene que sin un desmantelamiento radical de las ventajas competitivas que le ofrece a Telmex su posición monopólica, no habrá mayores apuestas, ésta sostiene a su vez que si se trata de atarle las manos, tampoco tiene por qué mantener firme su expansión vertiginosa.

El caso es que el melón o sandía mantiene paralizada la posibilidad de dictaminar el proyecto de Ley Federal de Telecomunicaciones colocada en la mesa de las Comisiones de Comunicaciones y Transportes y de Estudios Legislativos del Senado de la República el 28 de agosto pasado, por más que se había hablado de pase automático, considerando que en su elaboración intervinieron tanto diputados como senadores de todas las corrientes políticas.

En el jaloneo, la empresa de Carlos Slim juega al mismo tiempo el papel de héroe y de villano.

Mientras sus panegiristas hablan de la enorme contribución de la firma privatizada en 1990, no sólo para expandir, sino para expandir, sino para modernizar la red, sus detractores hablan de graves rezagos.

Los primeros se apuntalan en el formidable salto que ha alcanzado el peso específico de la industria en 11 años, al pasar de sólo una participación de 1 por ciento en el Producto Bruto Nacional en 1990, a tres unidades en el 2001, con una incidencia de 13.8 líneas fijas por habitante... frente a las 5.4 de entonces.

Más al detalle, en el lapso de referencia el número de poblaciones urbanas con servicio telefónico pasó de 4...

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