DE MEMORIA / Egos revueltos

AutorSealtiel Alatriste

22 de octubre de 2009: Juan Cruz Ruíz obtiene el Premio Comillas por el libro de memorias en que narra sus tiempos de editor.

Juan Cruz y yo nos habíamos puesto de acuerdo en que la forma de construir una editorial para el ámbito general de la lengua española era promocionando a nuestros autores insignia en los países en los que deseáramos afincar la editorial Alfaguara, que entonces dirigíamos al alimón. No era una tarea fácil, después de haber vivido un momento de esplendor en los años sesenta y setenta, cuando en AL y España se leía a todos los escritores que escribieran en español, el mercado se había desmembrado hasta quedar irreconocible, y los lectores sólo atendían a los escritores de su país. Así, en Chile se ignoraba lo que se escribía en España o México, y aquí nunca nos enterábamos de lo que se publicaba en Argentina o Colombia. A ese paso la literatura iba a quedar balcanizada, para utilizar un adjetivo que la división de los países de la zona de los Balcanes había puesto en boga.

En los últimos años, Alfaguara se había propuesto publicar a los que considerábamos los mejores escritores de cada país, o a los que podíamos contratar después de pelear con Planeta, Tusquets, Anagrama, o Mondadori, y se podría decir que al mediar los ochenta habíamos conseguido un buen catálogo. Nos pusimos manos a la obra y establecimos una estrategia para promocionar un autor extranjero con uno nacional o que fuera muy conocido localmente, y entre Juan y yo nos repartimos los viajes para acompañarlos. Recuerdo el desembarco de los mexicanos Juan Villoro, Carmen Boullosa y Daniel Sada a Madrid para que Carlos Fuentes los presentara; o la primera vez que vino Arturo Pérez Reverte a México y sostuvo una charla sobre ajedrez, a propósito de su novela La tabla de Flandes, con Eduardo Lizalde. Tengo que decir que aquella experiencia nos iba saliendo bastante bien y que resultaba muy divertido, amén de que también fuera extenuante.

En una ocasión Juan Cruz me llamó inesperadamente desde Chile. Esos telefonemas de Juan no eran infrecuentes, pues tenía la costumbre de llamar a todos sus amigos de los sitios más...

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