Mexicanos al grito de guerra...

AutorJosé Manuel Villalpando

Ante el debate que se ha abierto sobre la "posible" participación de México en las operaciones militares emprendidas por los Estados Unidos en contra del terrorismo, hay que analizar el tema desde un punto de vista estrictamente jurídico. Es necesario responder a las interrogantes que más inquietan a la población: 1) ¿Puede México enviar tropas para participar en las acciones militares contra los terroristas; y 2) ¿Quiénes formarían parte de dichas tropas? ¿Se incluiría en ellas a los ciudadanos mexicanos por efecto de la Ley del Servicio Militar?

Si llegara el caso, ¿por qué razón debemos incorporarnos a las operaciones militares? La respuesta es muy sencilla: porque estamos obligados a ello según el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), aceptado y suscrito por México, sin ninguna reserva, y que fue promulgado en nuestro país el 13 de enero de 1949. La vigencia de este Tratado es indiscutible, y su obligatoriedad está fuera de duda: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 133, le da la categoría de "ley suprema de toda la Unión" a los tratados internacionales que hayan sido celebrados por el presidente de la República con la aprobación del Senado.

En el TIAR se establece que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado americano será considerado como un ataque contra todos los Estados americanos y, en consecuencia, cada una de las partes contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del Derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, que reconoce la Carta de las Naciones Unidas.

El mismo Tratado prevé que uno de los medios de ayuda a que se puede recurrir lo es el empleo de la fuerza armada, constituyéndose una Fuerza Armada Multinacional Americana que estará a las órdenes de un Organo de Consulta formado por representantes de los países signatarios.

No obstante, en los términos del TIAR, ningún Estado está obligado a emplear la fuerza armada sin su consentimiento, lo cual concede al gobierno de México la facultad discrecional de acudir o no a la defensa interamericana. La efectividad del TIAR quedó en entredicho con la "Guerra de las Malvinas", cuando su invocación fue rechazada.

Sin embargo, como están las cosas hoy en día -los Estados Unidos ya invocaron el Tratado y ya se reunió el órgano de consulta- difícilmente México podría eximirse de colaborar en el esfuerzo bélico si los demás países americanos deciden participar activamente en él. Además, la alianza de México con Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, la situación de vecindad y la innegable dependencia hacia la primera potencia del mundo, haría imposible que México se...

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