Son mexicanos los primeros en ver a JPII

AutorInder Bugarin

REFORMA/ ENVIADO

CIUDAD DEL VATICANO.- Los fieles mexicanos estuvieron entre los primeros en dar el largo adiós a Juan Pablo II, fallecidos el sábado a las 9:37 de la noche.

Pasadas las ocho de la noche, y como si el destino llamara, la primera valla de acero para acceder al cuerpo del Papa fue retirada justo donde se agolpaba un grupo de peregrinos, turistas y religiosos de Veracruz, Guanajuato, Monterrey, Estado de México, Distrito Federal, Cancún y Morelia, que llegaron por separado pero quedaron unidos por la tristeza.

"Ser de los primeros es una bendición, pero es más el poder estar con él y agradecerle por todo lo que nos ha enseñado y por sus visitas a México", dijo Andrés Banda, de 32 años, originario de Salamanca, Guanajuato.

Andrés Banda intentó arrodillarse frente al cuerpo del Papa, pero fue retirado de inmediato por los elementos vaticanistas para agilizar la circulación, pues se trataba del bloque de avanzada. Atrás venían las dos millones de almas que despedirán a Karol Wojtyla.

La exposición del cuerpo al público comenzó ayer en el ala central de la Basílica de San Pedro, al frente del altar de la Confesión. Las puertas de bronce de la Basílica se abrieron para iniciar un maratón que durará 21 horas por día hasta el funeral.

Entre los devotos de México, iba Lupita Burnes de Monterrey, quien entró llevando en alto la primera bandera mexicana que despidió a Karol Wojtyla.

"Santo Padre, aquí te traigo tu país amado, México, ya eres mexicano, gracias Santo Padre por amar a nuestra nación", exclamó Lupita frente al poder escenográfico del cadáver que reflejaba el rápido adelgazamiento del Papa y era iluminado por las cámaras fotográficas y de video.

"Todo mexicano está en esta bandera, adiós, gracias y por su gracia los mexicanos saldremos adelante", añadió, recordando el beso que le dio el pontífice en 1985 después de que le gritara a su paso "te amo inmensamente".

A las afueras de la Basílica, entre la gente que salía se respiraba ya un ambiente de tranquilidad y de reposo.

"Soy mexicana, pero vengo de Modesto, California, sólo a ver al Santo Padre y para mí ha sido la mejor experiencia de mi vida, y tras verlo y despedirme lo chino de la piel se me ha quitado", dijo Angela Maciel, de 28 años de edad.

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