En Michoacán a los muertos se les festeja en grande
Autor | Nayeli Rivera |
REFORMA / Redacción
El culto a los muertos que tanta fama tiene en Michoacán comenzó hace cinco siglos, y tanto en casas particulares como en panteones es casi obligatoria la colocación de altares y ofrendas.
Aunque los habitantes de Pátzcuaro y Janitzio echan la casa por la ventana durante esta fiesta, existen más de 20 poblaciones de la etnia purépecha que también llevan a cabo grandes celebraciones.
La madrugada del 31 de octubre realizan "la cacería del pato", en la que un grupo de cazadores utiliza las "fisgas" -banderillas del toreo- para atrapar a los patos que más tarde servirán en la comida.
Las festividades continúan, y el 1 de noviembre recuerdan a los niños con una ofrenda que familiares y padrinos adornan con flores de cempasúchil, angelitos de dulce, juguetes e incluso ropa. Dicha ofrenda se anuncia con cohetes que se escuchan a las cinco de la mañana, mientras el pueblo canta alabanzas y rezos.
En el hogar del pequeño difunto, los familiares preparan platillos tradicionales que ofrecen a la gente que llega, además de cigarros y bebidas alcohólicas.
Más tarde, grupos de niños llegan a las casas a repartir ramilletes de flores, con ellas hacen un semicírculo en la ofrenda, lo que distingue a los altares de niños y adultos.
Durante la noche del 1 de noviembre se vela a los muertos adultos en los cementerios de Ihuatzio y Tzintzuntzan, principalmente, y las tumbas son adornadas con flores, frutas, artesanías, alimentos y velas.
Uno de los actos más representativos es la procesión de pescadores, quienes antes del amanecer suben a sus canoas adornadas con velas y flores en recuerdo a sus muertos.
Para aquellos que ya no tienen quién los recuerde, niños y jóvenes considerados "rebeldes", organizan una ofrenda colectiva que adornan con objetos que roban de otras ofrendas, aprovechando el descuido de los veladores del panteón.
Desde las 8:00 horas del 2 de noviembre empieza a llegar gente con sus ofrendas; después, un sacerdote oficia la misa a los muertos que, posteriormente y según las creencias, se marcharán.
La gente se reparte la comida de la ofrenda y alrededor del mediodía, se truenan cohetes para decir adiós a las almas visitantes.
También hay celebraciones menos conocidas, como "El Muerto del Año", que se lleva a cabo en el interior de los hogares de quienes murieron en el transcurso del año, ahí se reúne la familia en torno al altar y realiza una fiesta entre vivos y muertos.
Los visitantes son invitados a comer y para...
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