Migra mano de obra de Guerrero a Sinaloa

AutorJesús Guerrero

LINDA VISTA/ Guerrero

El maestro rural bilingüe Justo Guerrero Santiago pregunta en su idioma tlapaneco a sus pequeños alumnos indígenas si esta vez van a aceptar irse con sus padres a trabajar en los campos agrícolas de Sinaloa.

De los 25 alumnos, solamente una niña le contesta en tlapaneco (que después traduce el maestro), y le dice que ella no quiere ir porque perdería su ciclo escolar.

Son 53 niños de 7 a 13 años que en este ciclo escolar pudieron inscribirse, pero apenas la mitad asisten regularmente a clases, ya que sus padres se los llevan a las tareas del campo de esta comunidad.

Pero a partir del 13 de diciembre, después de la fiesta religiosa de la Virgen de Guadalupe, el profesor Justo Guerrero se quedará solo en su aula.

Y es que en esas fechas, la mayoría de sus alumnos se irán con sus padres a Sinaloa, donde algunos de ellos trabajarán en algún campo agrícola.

El conocido enganchador de las comunidades indígenas que pertenecen a los municipios de Tlapa, Metlatónoc y Copanatoyac, Pedro Gálvez, logró que en esta comunidad 88 familias aceptaran firmar una carta en la que dicen estar de acuerdo en irse a trabajar a Sinaloa sin que se les diga el salario que ganarán al día y mucho menos cuáles serán sus condiciones laborales y de protección de sus pequeños hijos.

Ya está concertado que después del 12 de diciembre llegarán a esta comunidad cinco camionetas de redilas (contratadas por el enganchador) para trasladar a las familias a Tlapa, donde los esperará un destartalado autobús en el que viajarán 30 horas para llegar a su destino.

Las familias de esta comunidad se irán, y regresarán en enero o febrero, eso si el empresario les ofrece las condiciones materiales para su retorno.

Por eso el maestro rural Justo Guerrero ha hecho una serie de reuniones con los padres de familia para convencerlos de que no vayan a Sinaloa.

"Es imposible convencerlos, y los comprendo porque aquí pasa igual que en las comunidades indígenas de esta zona que colindan con Metlatónoc, no hay ni para comer", aseveró.

Con seis años dando clases en esta comunidad, que para llegar aquí hay que recorrer la empinada y peligrosa carretera de terracería durante más de dos horas, el mentor dice que esta situación pasa cada año.

Y lo que más lamenta es que muchos de sus niños que están en este ciclo escolar 2004-2005 se van con sus padres, y cuando vuelvan se les olvidará todo lo que habrían aprendido en estos casi tres meses de clases.

Linda Vista -se le dice así...

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