Migración: Calvario sin fin

AutorRicardo Pérez

En diciembre de 1931, dos trabajadores mexicanos en Estados Unidos solicitaron en la oficina de migración de Ciudad Juárez un certificado que acreditara su condición de repatriados para ser eximidos de tasas aduanales por el ingreso de sus pertenencias. Esperanza López, una empleada de esta oficina, entregó un ejemplar del certificado cuando eran necesarias tres copias para completar el trámite. Los migrantes regresaron a la oficina para reclamar los tantos faltantes, no tenían costo, pero la empleada les exigió un peso por cada copia.

López aceptó después que pidió el soborno "porque es una costumbre establecida hace tiempo y porque ve que los demás empleados hacen cosa igual", dijo un funcionario en el interrogatorio de un encargado de investigar la corrupción en la oficina. "Esto no lo hacen con todas la personas sino únicamente con la gente que ven que traen dinero", dijo otro empleado, aclarando que, además, el cobro era mínimo comparado con las cantidades exigidas por gestores que ofrecían sus servicios a los repatriados afuera de la oficina. Esperanza López fue despedida, pero no sus compañeros a fin de evitar futuros problemas.

Este pasaje está incluido en el capítulo Los Negocios de la Migración del libro Los Otros, una investigación de Pablo Yankelevich sobre las normas y prácticas migratorias y de naturalización en el México de la primera mitad del Siglo XX.

"El problema de la corrupción en la gestión de la migración es muy muy viejo", dice Yankelevich en entrevista en su cubículo del Colegio de México.

El profesor del Centro de Estudios Históricos del Colmex revisó documentos del propio departamento migratorio encargado en ese entonces de gestionar la política migratoria que revela los niveles de corrupción en la agencia hace 100 años.

"En todos los niveles, desde los más bajos, una secretaria que pide una propina de un peso para poder llenar el formato -si no pagas un peso no hay formato- hasta los niveles más altos que ya tienen que ver con tráfico", explica.

"El ingreso de orientales, por ejemplo. Migración china que está prohibida, sigue ingresando y ¿cómo siguen ingresando?, a través de cuotas de corrupción".

Una parte del libro, señala el especialista en temas migratorios y de asilo, tiene que ver con lo que pasa entre lo que la ley prohíbe y lo que la "realidad" permite, y la distancia entre lo que la ley prohíbe y lo que sucede en la realidad está mediada por un espacio de arbitrariedad y corrupción en donde la...

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