Migración: tragedia con complicidad oficial

AutorJésica Zermeño

El padre Pedro Pantoja, director de Belén, Posada del Migrante, sintetiza su presente en una frase: "vivimos una situación ya no solamente de riesgo, sino de terror. Estamos emboscados".

El albergue que dirige está situado en Saltillo, Coahuila, donde convergen los ramales de las rutas ferroviarias para Reynosa, Laredo, Piedras Negras y Ciudad Juárez. Para la frontera. Por ahí pasan los trenes de la Kansas City Southern de México y el Grupo Ferroviario Mexicano, cuyos vagones son todavía el transporte más utilizado por migrantes indocumentados, principalmente centroamericanos, que sueñan con llegar a Estados Unidos. Según el secretario de Gobernación, Francisco Blake, el año pasado fueron 140 mil. Organizaciones No Gubernamentales y especialistas en el tema calculan que podrían ser más de 250 mil personas las que cruzan el país sin papeles cada año.

La posada atiende diariamente a 80 migrantes y, de unos meses para acá, la mayoría de los que tocan sus puertas son los que sobrevivieron a un secuestro, los afortunados que lograron escapar de una de tantas "casas de seguridad" diseminadas principalmente en el noreste del país donde estuvieron días, semanas o meses siendo torturados, violadas las mujeres, algunos obligados a comer carne humana de sus propios compañeros de tragedia. Son algunos de los que han podido contar el horror que vivieron.

"Las historias que nosotros tenemos son de un terror profundo. ¿Dónde existirá una terapia para sanar a una muchacha que fue abusada tres meses diariamente por todos los jefes? ¿O el otro que vivió todos los tormentos, desnudo, y ver cómo le mochaban la mano a uno, cómo le daban un tiro en la cabeza al otro? No hay salud mental. Desde que se descubrió la primera fosa en San Fernando, desde que nos enteramos de ese primer holocausto, no se ha hecho absolutamente nada, y el crimen sigue funcionando como si nada. Nosotros dijimos 'es el principio' y siguieron las otras fosas, las de Durango. Aquí en Coahuila también tenemos, nada más que se hacen patos y dicen que nada pasa.

"Cuando nosotros estuvimos en Washington para presentar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el estado de los secuestros de migrantes, el Estado contestó que éramos exagerados, y que eso no era tan científico. Que lo que nosotros decíamos estaba basado más bien en parámetros sentimentales. Eso fue, es y ha sido una complicidad espantosa", asegura el padre, quien recibe constantemente amenazas en su teléfono celular, principalmente en la madrugada.

La visita a Washington ocurrió el 22 de marzo de 2010. Con el primer informe sobre secuestros de migrantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la mano -que documenta 198 secuestros masivos entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, 9 mil 758 migrantes plagiados-, se presentaron junto con Pantoja el obispo Raúl Vera, de la Diócesis de Saltillo, y el padre Alejandro Solalinde, del albergue Hermanos en el Camino, de Ixtepec, Oaxaca. Estuvieron también activistas y representantes de ONG.

Hoy, 14 meses después, 473 cuerpos presumiblemente de migrantes han sido encontrados tan sólo en dos entidades (Tamaulipas y Durango). Los 72 de agosto hallados muertos en un rancho en San Fernando (guatemaltecos, ecuatorianos, brasileños, hondureños, salvadoreños e indios) y, tras esa masacre que conmovió al mundo, fueron encontrados 401 cuerpos más en 46 fosas. De éstos, sólo una veintena han sido reconocidos gracias a las pruebas de ADN, y también eran migrantes que buscaban llegar a Estados Unidos, según han relatado sus familiares, pero guanajuatenses, queretanos, mexiquenses, tlaxcaltecas... Los mexicanos ya están entre las víctimas.

La Cancillería de Guatemala asegura que por lo menos 99 guatemaltecos han desaparecido en territorio azteca. La Asociación Red de Migrantes y Familiares de Honduras ha documentado la desaparición de 800 migrantes hondureños en la última década. La CNDH cuenta con el registro de la desaparición de 5 mil 397 mexicanos desde el 2006. Imposible determinar cuántos de ellos han desaparecido en su camino hacia Estados Unidos.

El gobierno mexicano ha cambiado de parecer. El problema ya no es una percepción. "Las cosas están funcionando mal", dijo el presidente Felipe Calderón el pasado 24 de mayo, al promulgar la nueva Ley de Migración, en Los Pinos. Fueron removidos siete de los delegados estatales del Instituto Nacional de Migración y se anunció la rotación de mandos para evitar que se corrompan.

Sin embargo, los plagios siguen y las medidas adoptadas son calificadas por activistas, responsables de albergues y académicos como insuficientes a todas luces. Todo sigue igual, dicen.

Las causas

El plagio masivo de migrantes es el ejemplo más acabado, y macabro, de cómo la industria del tráfico de indocumentados hacia Estados Unidos se ha sofisticado en los últimos 20 años con la complicidad de autoridades.

La evolución de esta industria ilegal comenzó en la década de los noventa, cuando Estados Unidos se volvió cada vez menos tolerante con los flujos de migrantes sin papeles e implementó medidas para pararlos.

La militarización de la frontera se inició...

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