Miguel Oropeza Caballero / El futuro de la integración en Hispanoamérica

AutorMiguel Oropeza Caballero

Derrotado y observando como el continente que liberó se desgajaba en luchas fratricidas, Simón Bolívar lamentó que había "arado en el mar y sembrado en el viento". Dos siglos después, quienes han buscado continuar la lucha por la unidad de la Hispanoamérica en gran medida pueden decir lo mismo al presenciar una región dividida y repleta de cadáveres de lo que fueron intentos fallidos de integración, tanto económica como política.

Al hablar de tratados de libre comercio o bloques económicos, con frecuencia la conversación es monopolizada por los beneficios monetarios de tales acuerdos. Pero como bien ha demostrado la controversia en torno al Brexit, las uniones económicas son a la vez proyectos comerciales y contratos nupciales con dimensiones políticas, sociales y culturales para las naciones que las integran.

Con frecuencia este último objetivo es deliberadamente oculto del público general por obvias razones: la integración con países vecinos con los cuales hay marcadas diferencias de culto, cultura, idioma, valores políticos, e incluso un previo historial de enemistad o guerra resulta inmensamente impopular.

Sin embargo, en gran medida esta resistencia no existe en nuestra región. En Hispanoamérica la idea de que las 19 naciones que por siglos fuimos parte del imperio español (incluyendo a la aún colonia Puerto Rico) somos repúblicas hermanas unidas por una identidad común reside no sólo en los anhelos de académicos o círculos literarios, sino entre la sociedad en general.

Dado esto, ¿por qué han avanzado tan poco los bloques comerciales en la región? Hablemos de los tres principales proyectos de integración económica con los que cuenta la región en la actualidad: la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Mercosur (que incluye a Brasil) y la Alianza del Pacífico.

Tanto la Comunidad Andina como el Mercosur son simultáneamente uniones aduaneras y zonas de libre comercio que, si bien han minimizado las barreras a la actividad económica entre los países miembros, poco han hecho para incentivarla. Ninguna de las cuatro naciones que la conforman tienen a algún otro país miembro entre sus cinco principales socios comerciales, a casi medio siglo de la fundación de este bloque- quizás en parte al fracaso de implementar un mercado común que lleva décadas de negociaciones. Peor aún, Bolivia busca desertar del acuerdo para unirse a Mercosur, como en su momento lo hiciera Venezuela.

En Mercosur hay cifras un tanto más positivas que reportar en torno al...

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