Miguel Ángel Bastenier / Las cumbres del mundo ibérico

AutorMiguel Ángel Bastenier

La arremetida del Presidente venezolano, Hugo Chávez, en la pasada cumbre de Santiago es grave en sí misma porque revela una intencionalidad de dislocar la reunión, a lo que el Rey contribuyó involuntariamente con su imperativo "cállate" al Mandatario de Caracas, pero sobre todo como síntoma de las dificultades que le esperan al Gobierno de Madrid -de cualquier color- en sus relaciones con América Latina.

La amenaza que proyecta el líder bolivariano al acusar a Aznar de golpista afecta como subtexto a la propia naturaleza de las reuniones iberoamericanas, que Chávez quiere utilizar como plataforma para sus reivindicaciones, y reemplazaría gustoso por un cónclave ad hoc, igual que trata de hacer la competencia al TLC con el ALBA, al Banco Mundial con el Banco del Sur, a la CNN con Tele-Sur, y a todo aquello que representa a sus ojos el imperialismo estadounidense y adláteres entre los que sitúa a España.

Esta reconquista de América que tiene como grandes protagonistas a las empresas españolas, a la zaga tan sólo de Estados Unidos por volumen de inversión, está siendo hoy juzgada con arreglo a criterios no sólo materiales, sino con un añadido que no está claro que todos los españoles concernidos entiendan: lo que América Latina acepta de Estados Unidos por el prestigio y la universalidad eficaz de su tecnología, no lo admite en la misma medida de España, porque tanto élite como clases medias y populares perciben que la antigua metrópoli les debe algo y lo que tiene que hacer es pagar y callar.

No sólo se trata de líderes como el nicaragüense Daniel Ortega, que en la cumbre puso a alguna empresa española como chupa de dómine y pidió el fin de esas citas para convertirlas en un foro alternativo de sí mismas para tronar contra Estados Unidos, o el boliviano Evo Morales, y el más cauto y, a fin de cuentas, muy ibérico Fidel Castro en Cuba, sino también del Presidente Kirchner y sectores de la sociedad argentina, peruana o mexicana por poner el caso.

Ese desembarco de España topa, por añadidura, con dos graves problemas; el primero de evolución política, y el otro de calendario, pero ambos muy ligados.

El primero es que la izquierda que gobierna en más que menos países de América Latina está escindida en diversas confesiones, de las que una, la radical o bolivariana que encarnan Chávez y Morales, pone en cuestión el modelo de identidad latinoamericana, que hasta la fecha...

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