MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

La tierra es buena siempre, aunque sea mala.

(Dirá un predicador: "Y el hombre siempre es malo, aunque sea bueno").

En esta tierra que decían mala pusimos don Abundio y yo un centenar de pencas de nopal. Después nos fuimos, y nos olvidamos de ellas.

Yo daba por seguro que se perderían. Aquello era un erial; las liebres hallarían en las pencas un alimento inesperado, y las acabarían.

De esto hace unos 10 años. Algunas desaparecieron, sí. Pero ayer regresamos a ese páramo, y he aquí que donde no había nada...

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