MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Había una vez un matamoscas que tenía tan buen corazón que era incapaz de matar una mosca.

Los demás matamoscas, claro, se amoscaban. Ellos estaban siempre alerta, por si las moscas, aunque donde se hallaban no se oía ni el vuelo de una mosca.

El matamoscas de buen corazón, en cambio, no mataba una mosca.

-Se la pasa papando moscas -decían de él los otros-. Es un mosquita muerta.

-Yo no nací para matar moscas -decía el matamoscas-.

Pero la verdad es que sí había nacido para matar moscas. Ésa era su razón de ser. Y se angustiaba:

-¿Qué no se puede ser matamoscas sin tener por fuerza que matar moscas?

No, no se podía. Había que matar moscas. Para eso se era...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR