Modesto Suárez/ Niños esclavos

AutorModesto Suárez

El niño-esclavo es una simple máquina

de trabajar, que se explota hasta la muerte,

de la que uno puede desembarazarse

tan fácilmente como se la ha procurado.

Martin Monestier

En las últimas dos semanas tuvo lugar un hecho cuyo elemento central nos remonta al siglo XV. Un barco que al parecer transportaba una carga de unos 200 ó 250 niños, comprados para ser revendidos como esclavos, desapareció por completo frente a la costa de Africa occidental y reapareció misteriosamente más tarde con sólo 23 niños y 20 adolescentes abordo, muchos de ellos acompañados de sus padres.

Este episodio orilló a pensar en tres posibles explicaciones: que era otro el barco a bordo del cual viajaban los niños esclavos, que el barco en cuestión atracó en algún puerto y desembarcó a los menores o, el peor escenario posible, que éstos pudieron ser arrojados al mar en un intento por encubrir el tráfico ilegal de seres humanos.

El buque Etireno, que navega con bandera nigeriana, intentó atracar con su carga humana en varios puertos africanos; el navío había sido visto el jueves de la semana pasada en Douala, Camerún, donde las autoridades portuarias impidieron el desembarco de los niños a solicitud del gobierno de Benin. Las autoridades de este último país recibieron denuncias de que dicho barco, que había estado navegando durante más de dos semanas, transportaba decenas de niños esclavos comprados a familias pobres en el norte de su territorio. Benin, por cierto, es considerado como un centro importante de exportación de niños que son vendidos por sus familiares a 15 ó 20 dólares para ser revendidos más tarde en unos 300 dólares.

Este triste episodio ha puesto de relieve el problema de la esclavitud infantil en los inicios del siglo XXI. De acuerdo con UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), cada año unos 200 mil niños africanos son objeto de este tráfico ilegal en las regiones central y occidental de dicho continente. Los menores son transportados en condiciones verdaderamente inhumanas: en los barcos no hay suficiente comida ni agua potable, por lo cual muchos menores mueren de hambre o de sed. Africa tiene el promedio más alto de trabajo infantil en el mundo: el 41 por ciento de los niños cuyas edades fluctúan entre los 4 y los 15 años trabajan, si bien muchos de ellos lo hacen para su propia familia. El problema de la esclavitud infantil no está limitado empero al continente africano: en el mundo -se ha calculado- son sometidos a estas condiciones...

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