Modesto Suárez / Toma de posesión

AutorModesto Suárez

...los hombres en general juzgan más por los ojos que por las manos, ya que a todos es dado ver, pero palpar a pocos...

Maquiavelo, El Príncipe

Pasado mañana tomará posesión el presidente electo de México. Esto sucederá en condiciones muy distintas a las de hace seis años cuando el primer candidato presidencial de oposición, después de la era hegemónica del Partido Revolucionario Institucional, recibió los poderes presidenciales.

Hoy nada se compara con el entusiasmo popular del inicio del sexenio que ahora concluye. Terminaba -se pensó entonces- una era y comenzaba otra. El pueblo de México había esperado con paciencia el fin de la hegemonía priista. El 2000 fue considerado un año histórico: por fin habría un cambio, un nuevo modo de conducir al país. El candidato ganador contaba con poca experiencia política; tal vez por ello todo le parecía fácil, como lo demuestra su famoso ofrecimiento de solucionar el conflicto de Chiapas en 15 minutos.

El de Vicente Fox fue realmente un gobierno de continuidad. Al poco tiempo de tomar el poder, hizo manifiesta su intención de gobernar de acuerdo con las pautas marcadas por el PRI a lo largo de sus siete décadas en el poder. Esto no era de sorprender: resultaba más sencillo seguir un camino ya trazado que construir uno nuevo. Era el mismo camino, pero más allanado. En un momento temprano de su administración el presidente Fox afirmó que el suyo era un gobierno de empresarios, para empresarios. Esta afirmación difícilmente la hubiera hecho un Presidente priista, aunque gobernara de hecho con la misma filosofía. El pueblo siempre fue el punto de referencia de los gobiernos del Revolucionario Institucional. El nombre de ese partido celebraba el movimiento revolucionario iniciado en 1910. El partido era la encarnación de la revolución; era -contradicción en términos- la revolución institucionalizada. La revolución hecha institución deja necesariamente de ser revolución; al igual que el cambio adoptado bajo las mismas directrices de la revolución institucionalizada deja de ser...

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