Modificación: Eterna juventud
| Autor | Sandra Rodríguez |
Cada estética tiene su propia filosofía. Algunas le proporcionan al cliente un aspecto más glamoroso; otras, uno más vanguardista. En Silvia Galván Studio, la tónica es sencilla: toda mujer que entra sale con una apariencia más sexy y juvenil.
Angélica González, una lectora de REFORMA, lo pudo comprobar personalmente. Silvia Galván, experta en belleza, la invitó a conocer lo que un buen arreglo puede lograr.
Antes que nada, la guapa Silvia le hizo a Angélica un atinado diseño de cejas en base a las proporciones específicas de su cara.
"En las cejas se refleja la edad. Por eso, conviene tenerlas siempre bien cuidadas", manifestó la especialista.
Después analizó la cabellera de la lectora. Le sugirió deshacerse del tono negro, porque le endurecía las facciones. Entonces Héctor Pro, un integrante del equipo de Silvia, entró en acción.
Con tintes de Redken, añadió mechas de diversos tonos cálidos, que iban de los marrones a los caoba. No sólo suavizó el intenso color, sino que también disimuló las canas y agregó modernidad.
El corte que Héctor realizó es de tipo "desconectado", es decir, con textura pero no escalonado. Angélica, con ayuda de un cepillo redondo, fácilmente podrá peinarse en forma clásica o "fashion".
Una vez que la cabellera de la lectora había sido embellecida, Silvia le recomendó una base permanente para las pestañas.
Posteriormente, la directora del centro de belleza completó la transformación con una perfecta aplicación de cosméticos.
"A los hombres no les gusta que su pareja use mucho maquillaje. Por eso, aquí buscamos que el efecto sea sutil, natural.
"Sólo destacamos los puntos positivos para que la atención no se centre en los negativos", comentó.
Con productos de Anima, su línea propia, Silvia hizo una asombrosa labor de "contouring".
Usó polvos claros y oscuros para rejuvenecer el rostro de Angélica. Como por arte de magia, desapareció las líneas de expresión.
Añadió sombra en un dorado discreto, delineador líquido, rímel y rubor naranja bien difuminado. A fin de que los labios se vieran sensuales, los delineó con un color chocolate, los rellenó con un tono "nude" y los coloreó con un matiz morado irisado.
Para que Angélica pudiera lucir espectacular, ya sólo faltaba algo: la ropa. El destacado diseñador Gerardo Dragonetti puso remedio a este problema.
Propuso un audaz vestido negro que descubre parte de los hombros e incluye un creativo escote a la espalda. Otra opción es un traje con coquetos brillos, parte superior...
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