Moisés Naim / Berlusconi va a China

AutorMoisés Naim

En Francia Liberation concluye que el supone "una amenaza para la democracia", mientras que el Financial Times afirma que "vive en una burbuja mediática donde sus meteduras de pata públicas e insultos gratuitos no son reportados a menos que viaje al extranjero".

No se trata de Robert Mugabe de Zimbawe, del bielorruso Alexander Lukashenko o de algún otro tirano del tercer mundo. Estas son afirmaciones sobre Silvio Berlusconi, el primer ministro de Italia, elegido democráticamente dos veces y quien actualmente también funge como presidente de la Unión Europea.

Es, sin dudas, sorprendente que los medios de comunicación utilicen para referirse al líder de una democracia europea avanzada el lenguaje que normalmente reservan para dictadores de repúblicas bananeras. Pero más sorprendente aun resulta que esto le ocurra a un ejecutivo que maneja muy bien los medios de comunicación y es muy consciente de su imagen.

No olvidemos que Berlusconi debe su extraordinario éxito en los negocios y la política a su habilidad para dirigir sus empresas de comunicación y para moldear la opinión pública. Pero su mala imagen internacional está ya tan arraigada que quizás ni toda su habilidad mediática, su astucia política o sus inmensos recursos personales puedan bastar para reparar su dañada "marca" personal.

Así, esta a punto de pasar a la historia simplemente como un astuto empresario que aprovechó la debilidad de las instituciones de su país para convertirse en el magnate más rico de Italia y luego se las ingenió para ser elegido Primer Ministro gracias a que prácticamente monopoliza los medios de comunicación italianos.

A menos, claro está, que Berlusconi dé un atrevido paso que mejore su imagen. En este sentido podría inspirarse en otro líder que también sufrió serios problemas de imagen: Richard Nixon. Aunque se le recuerda por el escándalo de Watergate, su nombre también evoca el comienzo de una nueva era en las relaciones con China.

Nixon, un ferviente y estridente militante anticomunista, sorprendió a su país y al mundo con su decisión en 1972 de viajar a la China comunista y reunirse con Mao. De golpe, no sólo lanzó una nueva política en las relaciones entre Estados Unidos y la nación más poblada del mundo, sino que también contribuyó una nueva frase al léxico político estadounidense: "Nixon va a China".

Esta no sólo es una metáfora para significar una medida con consecuencias históricas, sino también en ejemplo de líderes que sorprenden al mundo con...

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