Molesta la espera

AutorHéctor Gutiérrez

"¿Cuento con ustedes?", clamó más de tres veces José Antonio Meade, con vigor, con enjundia, al mismo tiempo que, hartos por el calor del mediodía, cientos de sus simpatizantes abandonaban la cancha de la Unidad Deportiva Cuauhtémoc, en Naucalpan.

En decenas de combis y autobuses de transporte público, los priistas de varios municipios del Estado de México fueron movilizados desde antes de las 8:00 horas a la sede del evento, donde el candidato comenzó su discurso pasada las 13:00.

Les dieron banderas, playeras y manitas aplaudidoras con los colores del PRI, pero se les olvidó darles de desayunar.

"Nos traen desde temprano y luego ni de comer (nos dan)", manifestó, molesta, Bertha Reséndiz, mujer de la tercera edad originaria de Tlalnepantla.

Mientras Meade caminaba al templete, saludando a los simpatizantes que aguantaron el sol y las horas de espera, el éxodo de priistas molestos afuera del deportivo se volvió más grande. Lo mismo que su enojo.

"Todo mundo...

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