Monopolizan militares el combate antinarco

AutorLuis Alegre y Abel Barajas

Los militares tienen el control total en la lucha contra el narcotráfico. Ya no es sólo desde sus propias filas y con una estrategia aislada, pasaron de "colaborar" con los cuerpos civiles a dirigir.

Tienen el mando en la PGR, desde la oficina del Procurador hasta los puestos de revisión carreteros; todos los aviones de las corporaciones de seguridad del Gobierno federal están bajo las órdenes de militares; también la mayoría de los puestos administrativos de importancia y hasta la capacitación de los nuevos policías federales preventivos. Incluso, desplazaron a la Armada de la vigilancia en las costas.

Por cielo, mar y tierra, el Ejército mexicano dirige desde cualquier instancia los ataques a los cárteles de la droga. A la Marina sólo le queda el combate en alta mar, mientras que la Policía Federal Preventiva (PFP) va contra los traficantes callejeros.

Fue el propio Presidente Vicente Fox quien se los pidió. El narcotráfico es considerado por el Ejército como la principal amenaza contra la Seguridad Nacional, así que el Ejército mexicano está en guerra. Su primera batalla ganada fue al interior. Todas las trincheras ya son suyas.

Victorias pequeñas, derrotas dolorosas

La Secretaría de la Defensa Nacional ha estado presente en la lucha contra el narcotráfico al menos en la última mitad de siglo. Por su infraestructura y presencia en todo el territorio nacional, desde las campañas federales de 1947 y 1961 hasta la "Operación Cóndor", iniciada en 1977, trabajó siempre al lado de la PGR, particularmente en la destrucción de plantíos.

Sólo que la PGR nunca pudo. Infiltrada y coludida con el narcotráfico, la institución apeló a los militares por órdenes del entonces Presidente Ernesto Zedillo. El primer paso fue el Plan Piloto Chihuahua, convenio firmado el 28 de noviembre de 1995 entre el Ejército y la PGR, con el cual se empezó a sustituir al personal operativo de la Policía Judicial Federal (PJF) en las delegaciones del norte del país.

La Delegación de Chihuahua recibió a 72 militares con licencia como apoyo para perseguir al Cártel de Juárez. Un año después, los elementos del Ejército fueron transferidos a Guerrero y el convenio se dio por terminado, aunque para entonces varios elementos ya eran delegados y subdelegados de la PGR en estados del norte del país.

Como ejemplo pueden mencionarse los Coroneles Lorenzo Salas y Rodolfo Carranza, delegado y subdelegado en Baja California, respectivamente; el Coronel Ismael González en las delegaciones de Baja California Sur y Chihuahua; el Coronel Oralio Castro Aparicio, delegado en Sonora y Tamaulipas; este último preso en el penal de La Palma por narcotráfico y homicidio.

También ha sido subdelegado en Tamaulipas el Teniente Manuel Hilarión y en la delegación de Sonora continúa el Coronel Ernesto García Guerrero.

Otros cargos operativos de la PGR también fueron ocupados...

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