Moreno Valle se juega su futuro

AutorErnesto Núñez

Más que los candidatos a la gubernatura, el protagonista de las elecciones en Puebla es el gobernador Rafael Moreno Valle.

El alumno predilecto de la maestra Elba Esther Gordillo llega a los comicios decidido a consolidar un bastión político que le sirva como plataforma para sus aspiraciones presidenciales de 2018.

Tras seis años de un polémico mandato, a Moreno Valle se le atribuyen todas las bondades y también todos los males del estado.

Su administración presume una vasta obra de infraestructura: carreteras, puentes, museos, hospitales (uno cada 36 días de gobierno), escuelas rehabilitadas, viviendas, universidades e institutos tecnológicos.

Pero heredará una deuda de más de 8 mil millones de pesos, según Hacienda, o más de 22 mil millones de pesos según sus críticos, quienes lo acusan de maquillar las finanzas estatales.

Moreno Valle ha logrado proyección nacional por la inauguración de obras llamativas, como el Museo Barroco, la remodelación del Estadio Cuauhtémoc o la Mega Rueda de la Fortuna; por organizar ferias, exposiciones y el tradicional desfile militar del 5 de Mayo. Pero también ha sido criticado por gastar millones de pesos en obras de relumbrón y por publicitarlas mediante un exorbitante gasto en medios que, como la deuda estatal, tampoco es transparente.

Fundar calculó que sólo en cuatro años (2010-2013) gastó 627 millones de pesos en publicidad oficial, pero otros investigadores han elevado la cifra a más de 2 mil millones.

En su quinto informe de gobierno, Moreno Valle presumió que Puebla es una de las entidades que más ha avanzado en el abatimiento de la pobreza extrema. Según Coneval, 68 mil poblanos abandonaron esa condición, pero los habitantes en pobreza en general aumentaron, de 3 millones 878 mil a 3 millones 958 mil.

Moreno Valle presumió un estado de leyes y con vigencia del Estado de derecho, pero sus críticos acusan violaciones recurrentes a los derechos humanos, persecución a periodistas, activistas sociales y opositores políticos.

Apoyado por los operadores priistas que lo siguieron desde su campaña al Senado en 2006, Moreno Valle neutralizó a los partidos políticos locales, creó dos nuevos partidos e infiltró al propio PAN.

Desterró a dirigentes de viejo cuño, como Juan Carlos Mondragón y Ana Teresa Aranda (hoy candidata independiente), y el año pasado colocó a su esposa, Martha Erika Alonso, en la secretaría general del PAN estatal, con miras a impulsarla como candidata a la gubernatura en 2018.

Consciente...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR